14 octubre 2012

Hierbas frescas

El viernes hice pira. Bueno, no, porque en realidad estuve haciendo probaturas varias en el blog. Entre ellas, el tamaño de las fotos... Las he hecho más grandes porque creo que lucen más ellas y la comida, que al fin y al cabo es de lo que va todo esto. No sé qué opinaréis los que os pasáis por aquí... Ahora tendría que cambiar el tamaño en todos los post antiguos, pero, de momento, lo dejo en septiembre porque es una tarea larga, así que si cotilleáis en recetas anteriores, estáis avisados.

Sin embargo, este domingo no vengo ha hablaros ni de esto, ni de la poca luz que hay hoy para hacer fotos de recetas. Vengo a hablaros de hierbas y especias. Una de las cosas más mejores de tener huerto o balcón es poder plantar las tuyas y usarlas en las recetas frescas y recién recolectadas. Pero yo, amigos, no tengo terraza, balcón o ventana alguna donde colocar macetas. Y ni el perejil me dura si intento cultivarlo como planta de interior. 

Así las cosas, lo que tengo es un buen armario repleto de botes de especias. Es mi pequeño arsenal casero. Tampoco os creáis que es nada del otro mundo. Desgraciadamente no tengo a nadie que se vaya a la India, a Turquía o a Marruecos y me traiga bolsas 'deluxes'. Yo me surto en el súper y gracias. Sin embargo, hace ya unos meses, empezaron a traer hierbas frescas a mi establecimiento habitual. No solo perejil, sino albahaca, cilantro, hierbabuena, menta... Ahora espero que les dé por el eneldo, el estragón, el tomillo, pero no sé yo...

Al principio, las compraba tal cual y se me perdían porque es imposible usar toda esa cantidad que te venden en dos días. Pero ahora he encontrado la solución para aprovecharlo bien aprovechado: congelar. No, no descubro la penicilina, amigos, pero en mi cocina ha sido un gran avance. De vez en cuando, compro ramilletes, los lavo, los dejo secar con cuidado y los pico. Para ello uso el elemento adicional de mi batidora y va de maravilla. En función del tiempo y la cantidad queda más picado o más entero. Es una gozada y no me cuesta más de medio minuto dejarlo todo bien cortadito. 

Pero el truco de todo esto es congelarlo sin gota de aire. Para ello, lo meto en bolsas de congelación pequeñas y les saco todo lo posible. Les pongo el nombre de la hierba y la fecha de envasado y las meto en Groelandia. A veces, si la cantidad es poca, antes de meter el picadillo en la bolsa, lo pongo en papel film y lo cierro muy bien. Ahora estoy investigando cómo hacerlo sin picar, es decir, entero, y sin que ocupe mucho. 

¿Qué gano con esto? Las hierbas secas no siempre conservan todo su aroma tras el proceso para conservarlo. Es un hecho que la albahaca fresca tiene un sabor más intenso. Y así pasa con todas o casi todas ellas. Congeladas sí guardan todas estas propiedades y ello invita a usar menos para conseguir un resultado similar. El único cuidado que hay que tener es que cuando las vayamos a usar las saquemos sólo en el momento de añadirlas y luego guardamos lo que nos queda de igual modo y evitando que se descongele. 

Escribiendo esto se me está ocurriendo hacer cubitos de hierbas para zumos y cócteles. Hummm... Ya os contaré qué pasa. Me pongo manos a la obra.

2 comentarios:

  1. Yo también tengo un arsenal de especias bastante surtido y siempre compro en los sitios a los que voy. Como fresco no tengo nada (se me echa todo a perder y no soy constante yendo al mercado) pero opino como tú, que hay algunas hierbas que secas pierden mucho, tengo siempre albahaca y cilantro fresco picado en el congelador. Lo que no hago es eso de congelarlo sin aire, ¿eso en qué se nota? Perdona la pregunta, ya sabes que soy bastante torpe con el tema culinario... :)

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    1. Bueno, yo no soy una experta en el asunto, pero yo lo noto en la escarcha. A mí al principio me pasaba que se me hacía una masa uniforme que había que partirla ¡con cuchillo! Quitándole el aire todo lo que puedo, ya no me pasa. Por lo que deduzco que si tiene el mínimo aire posible (y está seco, claro), se queda suelto. Pero vamos, que lo de quitarle el aire es aproximado, tampoco es que tenga yo una envasadora al vacío, aunque molaría, jajajaja.

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Y tú... ¿ya lo probaste?