14 mayo 2013

Tarta homenaje a la tierruca

Tarta de mousse de chocolate blanco
Tarta mousse de chocolate blanco, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Mi lado folkie se ha quedado colgado de este australiana de Adelaida que tiene una voz tan rota y bella como la de mi admirada Bonnie Tyler

Vengo dispuesta a boicotear esas operaciones bikinis. Lo siento. C'est la vie. Pero tranquilos, esta es una recita suprefresquita. Nada de brownies ahora que se acercan los calores. Hoy traigo una tarta tipo mousse. Muy blanquita porque todavía no ha ido a la playa. Y no, no es de queso amigos. Es de chocolate. ¿A qué ya empezáis a salivar?

Pues eso me pasó a mí cuando la vi en el Facebook de Mercado Calabajio. Así que pinché y me encontré con un paso a paso tan concienzudo y bien explicado que me faltó tiempo para revolver en los armarios y ver si tenía todo lo necesario. La respuesta fue sí, así que al día siguiente mis compañeros de trabajo se chuparon los dedos y dieron su aprobado.

La lista del súper:
- Un huevo
- 30 gramos de azúcar
- 15 gramos de harina de trigo
- 15 gramos de almendra en polvo
- 250 gramos de fresas
- 125 gramos de azúcar
- 400 mililitros de nata para montar
- 4 yemas
- 200 mililitros de leche
- 40 gramos de azúcar
- 200 gramos de chocolate blanco para postres (yo uso el de Nestlé postres y está muy bien)
- 5 hojas de gelatina

Con las manos en la masa:
Esta tarta consta de tres partes diferentes: el bizcocho, el 'coulis' de fresas (sustituible por mermelada si estamos vagos) y la 'mousse' de chocolate blanco. 

Empezaremos por la base. Para ello prepararemos un molde desmontable de unos veinte centímetros: lo encamisaremos y forraríamos la base de papel si no fuera suficientemente adherente. Ahora vamos a por la masa. Batimos el huevo con el azúcar y la ayuda de unas varillas eléctricas. Cuando la mezcla haya cambiado de color a un amarillo pálido y doblado su volumen estará lista. Entonces, añadimos la harina y la almendra, y las integramos bien. 

Lo echamos en el molde desmontable y lo llevamos al horno, que previamente habremos calentado. Ponemos calor arriba y abajo a 180 grados y lo dejamos unos quince minutos. Controlamos para que no quede ni duro como una piedra ni húmedo. Dejamos que enfríe y lo desmoldamos. Luego, lo volvemos al molde, que habremos limpiado y cuya base habremos forrado de papel de hornear. Reservamos.

Toca el turno de hacer el coulis. Es muy sencillo. Limpiamos y cortamos las fresas en trocitos. Las ponemos a fuego medio con el azúcar durante unos quince o veinte minutos. Se reducirá a la mitad. Pasado el tiempo, lo pasamos a un vaso y lo trituramos con la batidora. Debe quedar una textura cremosa, ni demasiado densa, ni muy líquida. En este último caso la volveríamos al fuego y dejaríamos reducir. La ponemos en un biberón de cocina y dejamos enfriar.

Atacamos ahora a la madre del cordero: la 'mousse' de chocolate blanco. Hidratamos las hojas de gelatina y blanqueamos las yemas con el azúcar. Para ello, las batimos con el azúcar y unas varillas eléctricas. Doblarán su volumen y tomarán una textura densa. Ahora, calentamos la leche a fuego medio. Lo llevamos al punto de ebullición y lo retiremos sin que hierva. La añadimos poco a poco a las yemas mientras batimos la mezcla. Luego la colamos y la ponemos al fuego de nuevo. Como buena crema inglesa, debe espesar con el calor pero nunca hervir. 

Cuando esté, retiramos del fuego y añadimos la gelatina. Removemos bien y echamos el chocolate blanco en trozos. Movemos con suavidad la mezcla hasta que se disuelva. No le hará falta calor adicional porque se fundirá con el que ya tiene la crema. Por otro lado, montamos la nata y se la añadimos a la mezcla anterior con mucha suavidad para que no se baje. No hace falta que esté fría, basta con que esté templada. Reservamos.

Llega la hora de la verdad: el montaje. Cogemos el bizcocho que está en el molde y lo cubrimos con una capa de 'coulis' de fresas. Sin miedo. Sobre esta cama, echamos la 'mousse' de chocolate blanco poco a poco, con mucho mimo y procurando que tenga el mismo grosor por toda la superficie. Igualamos la parte de arriba. El momento más creativo llega ahora. Dibujamos círculos con el 'coulis' sobre la 'mousse' y con ayuda de una brocheta lo movemos bien para que se mezcle todo. Repetimos las veces que veamos necesario. 

Una vez todo listo, ponemos la tarta en el frigorífico y dejamos que enfríe el menos cuatro horas para que quede bien cuajada. La desmoldamos (con la ayuda del papel de hornear será mucho más fácil) y la servimos con cariño.

Tarta de mousse de chocolate blanco

Notas al margen:
Es muy importante seguir el paso a paso de la receta para no liarnos. Y también es recomendable empezar a prepararla el día anterior al que vamos a servirla. En primer lugar, porque el bizcocho hay que cocerlo y dejarlo enfriarlo, lo mismo que el coulis. Y luego porque al menos necesita cuatro horas de frío para tomar consistencia.

Sobre el bizcocho, veréis que queda esponjoso, pero bastante compacto. Esto es así porque es una especie de galleta bizcochada, de hecho, así huele. Si no quisiéramos liarnos la manta a la cabeza, también podríamos sustituir esta base por la típica de las tartas de queso. Para ello, pulverizamos las galleta tipo 'digestive' y luego les añadimos un poco de mantequilla derretida hasta conseguir una masa homogénea y consistente.

2 comentarios:

  1. Te ha quedado preciooooosa! Jo, que ganas de dulce me han entrado, esto de mirar recetas y blogs te abre el apetito!! Me ha gustado mucho mucho, a ver si tengo alguna celebración y la hago ;) gracias!

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    1. Gacias :) te animo a que pruebes porque esta muy buena. En mi oficina, triunfó

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Y tú... ¿ya lo probaste?