26 septiembre 2013

Mis primeras biscuits

Galletas fáciles
Galletas fáciles, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Algo tranquilito para una receta que hay que hacer con mucho cariño

Por fin he podido hacer galletas como dios manda. Llevaba años deseándolo. Y no exagero. Pero en el microondas me quedaban bastante rarunas. Así que nada más llegar mi horno eché una ojeada al libro de recetas que trae (en francés) y me encontré con ésta. No me lo pensé. En cuanto tuve una mañana libre me puse manos a la obra. 

Su destino eran la oficina. Con la guerra que había dado por el cacharrillo, se lo merecían. Y quedé como una reina. Les encantaron. Y yo misma os digo que menos mal que las llevé porque si no, no hubiera parado en todo el día hasta acabarlas. Son crujientes y esponjosas a la vez. Y dulces, claro, pero sin empalagar. Además, dan muy poca guerra.

La lista del súper: 
- 125 gramos de mantequilla 
- 125 gramos de azúcar glass
- 250 gramos de harina (yo usé de repostería)
- Un huevo
- Una pizca de sal
- Una yema de huevo batida para pincelar

Con las manos en la masa:
Batimos el huevo con el azúcar con ayuda de unas varillas eléctricas. Añadimos la mantequilla, que previamente habremos fundido al microondas (con 30 segundos suele valer), con una pizca de sal y batimos de nuevo. Ponemos la mezcla en un bol y añadimos la harina tamizada. Meclamos con ayuda de una lengua hasta obtener una masa untuosa. 

Aquí hay dos opciones. La más fácil es coger trozos de la pasta, hacerlos una bolita y aplastarlos sobre la bandeja del horno, que habremos recubierto con papel sulfurizado. La otra es extender la masa en la mesa de trabajo y trabajarla con el rodillo hasta que tenga un centímetro de espesor. Luego, con ayuda de un cortapastas cortamos las galletas y las ponemos en la bandeja con el papel.

Pintamos las galletas de la bandeja con la yema de huevo batida. Lo conveniente es hacerlo con cuidado para que cubra toda la superficie. Pero si vamos con algo de prisa, no pasa nada, tendrán un aspecto más 'rural'. Las metemos al horno previamente calentado durante 12-15 minutos a 200 grados. Si podéis seleccionar la fuente del calor: arriba y abajo.

Notas al pie:
Como veis, la receta apenas tiene complicación. Ni siquiera necesitamos dejar la mantequilla fuera de la nevera para que esté a punto pomada. Sin embargo, sí requiere que ésta sea de calidad. Si podéis gastaros las perrillas, emplead una buena, tradicional, no de marca blanca. El resultado final y el sabor depende de este ingrediente. Yo os aconsejo alguna tipo Covadonga, Aldenondo, Santi (para las del norte); con denominación de origen de Soria (es la mejor); o si no, la de Central Lechera Asturiana en barra no da mal resultado. 

Por cierto, estas galletas se pueden decorar también. Por ejemplo, podemos poner una cereza confitada en el centro antes de hornear. O después, cubrirlas con azúcar glass -aunque no agarra muy bien-, o con chocolate negro y blanco de cobertura. Aunque a mí como más me gustan son al natural. Son una delicia. 

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