24 junio 2014

Yo te doy cremita, tú me das cremita... helada de sandía

Helado casero de sandíaHelado de sandía, originalmente cargada por farandwell.

Musica apara acompañar (*)
(*) Un poquito de jazz refrescante

Me da mucha pereza hacer helado. O eso creía yo. Tenia el recuerdo del de vainilla, que lleva más preparación y, sobre todo, más tiempo, por eso de que la crema inglesa tiene que enfriar. Sin embargo, este de sandía se hace en un pisas. Solo hay que tener la heladera lista y la nata y aperos fríos. Lo demás es coser y cantar... Y chuparse los dedos, claro. Que sí, que sé que está mal y queda feo, pero yo no puedo resistirme cuando cocino para los de casa.


La lista del súper:
- 250 gramos de sandía cortada en dados (y sin pepitas)
- 125 gramos de azúcar blanquilla
- 13 gramos de miel
- 200 gramos de nata para montar (yo usé sin lactosa, marca Kaiku)

Con las manos en la masa:
Lo primero que hay que hacer es preparar la sandía. Para ello, cortamos un trozo, lo limpiamos bien de piel, parte blanca y pepitas. Lo cortamos en dado y lo pesamos. Debemos usar un cuarto de kilo de esta fruta, pero ya limpia, nada de pesar 'en gordo'. La ponemos en un bol junto al azúcar y la miel. Es el momento de meter la batidora hasta dejarlo casi licuado. Y si nos gusta el contraste dulce-ácido, le podemos añadir unas gotas de limón ahora. Lo reservamos en la nevera.

Es el momento de montar la nata. Para ello, la ponemos en un bol muy frío y la trabajamos con las varillas eléctricas o el robot hasta que adquiera consistencia. No es recomendable montarla del todo, sino dejarla un poco suave, para que el resultado sea más cremoso. Una vez lista, añadimos la sandía triturada que tenemos en el frigorífico. Lo mezclamos todo con movimientos envolventes. Y volvemos a enfriar: podemos meterlo cinco-diez minutos en el congelador, o una hora en la nevera.

Pasado el tiempo, ponemos en marcha la heladera, según sus instrucciones, ponemos la mezcla de helada y dejamos que haga su trabajo. Yo tengo la del Lidl, así que dejo que se manteque durante unos 35 minutos. Cuando ya está listo, lo pongo en un tupper y lo llevo al congelador un poco más porque está todavía demasiado blando para mi gusto. Pasadas un par de horas, está listo para no dejar ni gota.

Nata al pie:
La nata hay que trabajarla con cuidado. Debe estar muy fría para que monte rápido y no se corte. Lo recomendable es que también lo esté el bol y las varillas. Yo lo suelo meter todo al congelador unos minutos antes de ponerme manos a la obra, mientras preparo la sandía. Así me aseguro de que sale bien y no tengo que andar pendiente del asunto desde el día anterior.

Es un helado muy cremoso, que no cristaliza con facilidad. Eso es todo un triunfo, teniendo en cuenta que la sandía tiene mucho agua. A que sea así ayuda el uso de nata con mucha grasa y de la miel. Por eso no hace falta sacarlo antes de servirlo para que empiece a deshacerse. Es muy blandito nada más sacarlo del frío y queda ideal si lo pones en unos cucuruchos de barquillo. Por cierto, que, además del limón, también se le puede echar menta para darle más frescor a la mezcla... O como decoración.

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