20 junio 2013

Un bizcocho especial


Bizcocho de pera, cardamomo y anís
Bizcocho de pera, cardamomo y anís, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Me encanta esta canción. Me pone las pilas que no veas. Vamos, ideal para tocar el fin de semana con los dedos. Ou yeah!

Hacía mucho que no sacaba por aquí un bizcocho ¿verdad? Esta vez los culpables son los chicos de uno de mis blogs preferidos y eso que los conozco hace poco: No más tuppers de mamá. ¿Cómo? ¿No os suenan? Pues ya estáis pinchando en el enlace porque son brutales: por las ideas, por las fotos, por la estética, por la música... Por todo. Por su culpa ahora me gustan las encimeras de madera (aunque en mi cocina, nunca mais, ya os lo advierto).



Bueno, pues eso, que hace no mucho colgaron la receta de un bizcocho de pera, cardamomo y anís, y me faltó tiempo para ir al súper en busca de las especias. He tardado un montón en hacerlo porque no encontraba el momento, pero ha merecido la pena. Sobre todo porque como no tengo horno (ya sabéis que tengo una especie de robot de cocina que hace las veces), no daba un duro porque quedara esponjoso. Otras veces que he usado fruta en las preparaciones han sido lamentables. Está claro que siempre hay una primera vez.

La lista del súper:
- Tres huevos
- 240 gramos de harina
- 110 gramos de azúcar moreno (algo más si sois golosos)
- 100 mililitros de aceite de girasol
- Un yogur natural sin azúcar
- 3 semillas de cardamomo
- 20 semillas de anís (como son minúsculas para contar, menos de un cuarto de una cucharilla de café)
- 8 gramos de levadura tipo Royal
- Una pizquita de sal
- Mantequilla para untar el molde (opcional)

Con las manos en la masa:
Separamos las yemas de las claras (que reservaremos en el frigorífico), y las ponemos en un recipiente apto para la batidora. Añadimos el azúcar moreno y las batimos con unas varillas eléctricas hasta que blanqueen (es decir, doblen su volumen y se 'esponjen'). Una vez conseguido, machacamos en el mortero las semillas hasta que queden hechas polvo. Quitamos la cáscara del cardamomo, que queda entera, y lo echamos en las yemas. Al tiempo, añadimos el aceite y el yogur y seguimos batiendo con energía para que quede todo muy integrado.

Ahora, ponemos la mezcla en un bol bajo porque vamos a añadirle los ingredientes secos. Tamizamos la harina y la levadura, y las añadimos. Con ayuda de una espátula, mezclamos todo con cuidado hasta lograr una masa algo dura. La reservamos. Mientras tanto, ponemos las claras de un recipienta apto para la batidora, echamos una pizca de sal y las montamos con ayuda de las varillas eléctricas (limpias, o o montarán). Una vez a punto de nieve, las echamos en la masa en varias veces y lo mezclamos con movimientos suaves y envolventes, y la ayuda de la espátula.

Ponemos el horno a calentar, a 180 grados con calor por abajo, y mientras coge la temperatura, preparamos el molde. Lo mejor es que sea desmontable y podemos usar papel de hornear para forrarlo o mantequilla. O ambas cosas. Vertemos la masa. Ahora es el momento de colocar la fruta. Pelamos la pera y la cortamos en tiras que pondremos como si fueran los pétalos de una flor, desde el centro a los extremos. ¡Y al horno!

Lo mantendremos unos 40 minutos dentro (puede ser algo menos o algo más, eso depende del horno), aunque hay que tener cuidado para que no quede muy seco. Si vemos que se tuesta demasiado por arriba, lo tapamos con papel albal. O si se queda demasiado pálido, podemos rociar un poco de azúcar moreno y ponerle el grill no más de cinco minutos. Para saber si está hecho, pinchamos con una brocheta en el centro y si sale limpia, lo sacamos. Una vez que haya templado y podamos manipularlo, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar sobre una rejilla, lejos de rateros de cocina.

Notas al margen:
Si no habéis probado el cardamomo, os sorprenderá el sabor / olor del bizcocho. Es como muy dulzón. De ahí que tampoco lleve demasiado azúcar para que no sea empalagoso. Es cierto que no a todo el mundo le gusta, aunque merece la pena probarlo una vez. Tampoco es conveniente pasarnos con las semillas de anís para que no quede muy fuerte. Y si no tenemos, podríamos sustituirlo por un chupito de licor de anís, aunque con mucho cuidado, porque la masa quedaría más líquida. 

No os paséis nucna con el tiempo de horneado porque quedará muy seco. Si no tenéis muy controlado el norno, pasados 25 minutos, vigiladlo muy de cerca para ver cuando está hecho. No hay nada peor que un bizcocho que se hace cemento en la boca. ¡Que no es un polvorón! Además, si nuestra intención es que nos dure más de un día, cuanto más tiempo pase desde que lo sacamos del horno, más se seca. Aunque ojo, no podemos dejarlo crudo.

En cuanto a la fruta, la pera le va fantástico. Sin embargo, la próxima vez que  lo haga le voy a añadir algo más ácido porque soy muy fan de este sabor. No sé, podría ser, por ejemplo, una manzana Granny Stmith, que también casa muy bien con las especies usadas y no aporta demasiada agua a la masa, algo que hay que tener muy en cuenta.

Bizcocho de pera, cardamomo y anís

Por cierto, os presento a mi taza más cinematográfica (aunque no es la primera vez que sale). Fans de 'Love Actually', ¿no os suena? Pues sí, es la que sale en la peli cuando a Jamie, el escritor que interpreta Collin Firth, se le vuelan las hojas de su novela en su retiro del sur de Francia. Gran gusto el del que la eligió. Yo la encontré en las tiendas Natura algunos años antes de ver la peli. Pero eso fue en la prehistoria, cuando aún estaba en la universidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y tú... ¿ya lo probaste?