Mostrando entradas con la etiqueta superchef. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta superchef. Mostrar todas las entradas

24 julio 2013

Rulos de cochino, pero muy limpio

Rulos de cerdo rellenos
Rulos de cerdo rellenos, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Me gusta mucho esta canción. Me la imagino puesta en el coche haciendo kilómetros por un tubo camino a ninguna parte en concreto

Comer la carne echa siempre de la misma manera es la cosa más aburrida del mundo. Supongo que por eso hay muchas recetas par avarias. El probelma viene cuando lo que tú buscas es que no tenga lactosa y que sean ligeras. Ahí has dado en hueso. Leyendo y leyendo, encontré un plato que no se ajustaba a lo que yo quería, pero que se podía tunear. Y era otra vez de Chicote. Como veis, estoy dando uso al librito maravilloso de su programa.

20 junio 2013

Un bizcocho especial


Bizcocho de pera, cardamomo y anís
Bizcocho de pera, cardamomo y anís, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Me encanta esta canción. Me pone las pilas que no veas. Vamos, ideal para tocar el fin de semana con los dedos. Ou yeah!

Hacía mucho que no sacaba por aquí un bizcocho ¿verdad? Esta vez los culpables son los chicos de uno de mis blogs preferidos y eso que los conozco hace poco: No más tuppers de mamá. ¿Cómo? ¿No os suenan? Pues ya estáis pinchando en el enlace porque son brutales: por las ideas, por las fotos, por la estética, por la música... Por todo. Por su culpa ahora me gustan las encimeras de madera (aunque en mi cocina, nunca mais, ya os lo advierto).

09 mayo 2013

Mixto de alcachofas

Alcachofas con queso y pavo
Alcachofas con queso y pavo, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Me da buen rollito y tiene dedicatoria, M., para que tus clases de catalán nos luzcan en la oficina

La temporada de alcachofas frescas va llegando a su fin y pocas verduras hay tan humildes y resultonas como ellas. Yo las descubrí hace bien poco, no voy a dármelas aquí de nada, pero me han conquistado como si me hubieran prometido una casa de pan y galletas. Sí, esto es muy Hansel y Gretel, pero una tiene sus debilidades gastronómicas.

18 febrero 2013

Brownie de Oreo

Brownie Oreo
Brownie oreo, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Benjamin Wagner – How To Fight Loneliness
(*) La canción original es de Wilco, pero como no la encuentro en Spotify os dejo esta versión altamente escuchable


Ingredientes:
- 200 gramos de chocolate para fundir
- 165 gramos de mantequilla
- Tres huevos enteros y dos yemas más
- Dos cucharaditas de aroma de vainilla
- Una pizca de sal
-100 gramos de azúcar blanquilla
- 65 gramos de azúcar moreno
- 50 gramos de harina
- Una cucharada de cacao
- 12-18 galletas oreo
- 30-60 gramos de pepitas de chocolate

Preparación:
Primero fundiremos el chocolate con la mantequilla, pero lo haremos al baño maría. Tarda más, pero el resultado es mucho mejor y no habrá ni una pizca de mezcla quemada. Una vez derretido todo y mezclado, lo dejamos atemperar en un bol.

Batimos los tres huevos y las yemas con las cucharaditas del aroma de vainilla y una pizca de sal. Es mejor utilizar una varilla eléctrica porque eso nos ayudará a que la mezcla triplique su volumen rápidamente y con apenas esfuerzo. Una vez conseguido, añadimos el azúcar blanco y batiremos de nuevo bien. Luego, haremos  lo mismo con la morena. Lo importante es mezclarlo todo bien.

Cuando lo hayamos conseguido, echaremos el chocolate derretido. Debe estar templado, pero no caliente o nos cuajará el huevo con el azúcar. Aquí aparcaremos las varillas automáticas y cogeremos una espátula para integrar ambas mezclas. Debemos hacerlo con movimientos envolventes pero no demasiado bruscos. Nos costará un poco pero no desesperemos. No hay prisa. 

Cuando esté logrado toca el turno de añadir los ingredientes secos de uno e uno. Primero la harina tamizada y luego el cacao, también tamizado. Los mezclamos con la espátula y los mismo movimientos envolventes. No costará tanto como parece porque no es mucha cantidad. La masa quedará bastante líquida, pero densa.

Ahora pasamos al molde. Lo mejor es usar uno rectangular pero en mi caso, como uso la superchef, no ha podido ser. Sin embargo, si tenéis horno convencional, hacedlo. Hay que untarlo de mantequilla o bien, y más recomendable, usar papel de hornear: lo recubrimos con él y lo enmantequillamos también para poder desmoldarlo mucho mejor. 

Tocar verter la masa. Echamos una parte de ella y la alisamos. Partimos la mitad de las galletas oreo y repartimos los trozos por encima. Tapamos con el resto de la masa y decoramos con las otras galletas. Yo también las he troceado, pero pueden ir entera. Por último, espolvoreamos las pepitas de chocolate y lo llevamos al horno. 

Allí lo tendremos con calor arriba y abajo durante 25 minutos a unos 180 grados. Estará listo cuando al pincharlo con una brocheta salga limpia, pero no nos pasemos con la cocción, por dentro tiene que estar húmedo. Ante la duda, es casi mejor que el corazón no esté cocido del todo, sino cremoso. Recordad que con el calor que tiene al sacarlo, se sigue cocinando. Lo desmoldamos en cuanto se puede manipular y lo dejamos enfriar sobre una rejilla... si es que podéis resistiros a meterle mano.

Comentarios:
Empezamos la semana de la mejor manera posible. El olor que se queda en toda la casa cuando se hace este brownie no tiene precio. Vamos, que es dos en uno: postre y ambientador. Y aunque parezca un poco lío de llevar a cabo, si somos ordenados en los pasos no tendremos muchos problemas. El punto de cocción es, quizá, lo más complicado, pero es cuestión de cogerle el tranquillo y probar.

La receta pertenece al blog Mi dulce tentación, y la hizo para celebrar el día del brownie. La verdad es que la tenía en favoritos pero no acaba de sacar valor para ponerme. Y luego me di cuenta de que no era para tanto ponerse manos a la obra. Además, con esa pinta... quén se resiste. 

10 enero 2013

Garbanzos divertidos

Ensalada templada de garbanzos
Garbanzos salteados con verduras, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Algo tranquilo para retomar la normalidad y despedirnos de los hombres de jengibre y el espumillón

Ingredientes:
- Un bote de garbanzos cocidos 
- Un cuarto de calabacín
- Un cuarto de cebolla
- Un puñado pequeño de guisantes
- Media zanahoria
- Aceite
- Sal

Preparación:
Pelamos y cortamos la zanahoria en dado. Troceamos de igual modo el calabacín (sin pelar) y la cebolla. Descongelamos los guisantes en agua caliente. Ponemos una sartén al fuego con tres cucharadas de aceite y sofreímos la zanahoria y la cebolla, cuando ésta empiece a cambiar de color, añadimos el calabacín y los guisantes. 

Dejamos que todo se quede tierno y, después. echamos los garbanzos, preferiblemente escurridos (aunque podemos añadir dos o tres cucharadas de caldo de verduras o de agua), y un poco de sal. Dejamos que se haga todo junto unos cinco minutos y servimos cuando esté templado.


Comentarios:
He vuelto. En realidad llevo varios días cocinando y fotografiando los platos, pero no he podido subir esas recetas porque se me han juntado algunas cosillas. Entre ellas, probar mi disparador automático y mi nuevo objetivo, el Tokina 17-55. Esto me está costando un poco porque con aperturas de diafragma pequeñas no consigo la nitidez que me gusta y no sé muy bien por qué es: si es un problema del estabilizador, de que la cámara se mueve, o de la lente... 

En cuanto al plato que os traigo, qué decir. Pues que me encanta. Adoro los garbanzos, pero no en cocido, sino en recetas como éstas, con verduras, en ensalada, solos... Es una legumbre cremosa a la que le va bien casi todo. En este caso he optado por una combinación propia para las fechas post-navideñas, en las que queremos retomar nuestra forma de comer habiual y, si es posible, con menos grasas. 

De la elaboración, poco que decir, porque es fácil y rápida. Tanto que se puede hacer en no más de quince minutos. Sin embargo, nos permite llevarla en el tupper y está igual de rica que recién hecha. Además, matamos dos pájaros de un tiro con ella porque esta receta está pensada como plato único. Por cierto, yo no le he añadido especias, pero si queréis darle más sabor todavía, os aconsejo añadir comino,  pimienta, perejil... O incluso una guindilla cayena en trocitos. 

01 enero 2013

Salmonetes alegres al horno

Salmonetes al horno con pimientos
Salmonetes al horno con pimientos, originalmente cargada por farandwell.


Música para acompañar (*) 
(*) Publicar hoy es un suicidio, pero a mí me gusta el riesgo, venga... Hártense de mazapán y vino para matar la resaca de anoche y dormiten luego en el sofá

Ingredientes:
- Salmonetes (puede ser en filetes, o enteros, con su cabecita, pero limpios de escamas y vísceras)
- Dos patatas grandes
- Medio pimiento rojo
- Medio pimiento verde (ojo, no de los italianos)
- Medio pimiento amarillo
- Media cebolla blanca o roja
- Un limón y medio
- Sal

Preparación:
Una vez que los salmonetes están limpios, los rociamos con el zumo de un limón y los salamos. Dejamos que se marinen mientras vamos preparando el resto de los ingredientes. Pelamos las patatas y las laminamos con ayuda de una mandolina. Ponemos un cazo con agua y sal a hervir y cuando rompe, echamos las patatas. Dejamos que se hagan durante unos diez minutos hasta que estén tiernas, pero sin deshacerse. Las sacamos con ayuda de una espumadera y dejamos que escurran el agua y se atemperen en una fuente. Probamos de sal

Por otro lado, cortamos la cebolla en aros o en plumas, y los pimientos en tiras. En una fuente para horno echamos un chorrito de aceite y disponemos las patatas necesarias para tapar el fondo una por una con cuidado. Luego, añadimos cebolla y pimientos y espolvoreamos un poco de sal. Si nos sobran más verduras, vamos haciendo capas hasta acabar con una de pimiento. Lo metemos al horno precalentado a 160 grados durante diez minutos. 

Pasado este tiempo, añadimos los salmonetes y rociamos con un poco de zumo de limón. Dejamos que se haga todo junto durante unos siete o diez minutos. Y listo. Cuando lo saquemos, las patatas estarán doradas y ligeramente crujientes, mientras que la cebolla y el pimiento darán su toque cremoso a la receta. El sabor fuerte y la belleza (si hemos usado piezas enteras) se lo dejamos al propio pez.

Comentarios:
Me tendréis que perdonar la foto. Ni es bonita ni tiene una buena iluminación, pero es que como los días son tan pequeños no hay manera de organizarse. Y ésta no es el único ejemplo de este caos de los últimos días, como veréis en los próximos post. Vayan mis disculpas por adelantado, pero la opción de seguir sin publicar no me gustaba.

En lo que al plato se refiere, no hay mucho que decir. Bueno, sí, lo normal es usar los salmonetes enteros, limpios, pero con la cabeza, que quedan mucho más vistosos a la hora de servir. Pero nosotros somos un poco comodones y preferimos que estén ya fileteados y casi sin espinas. Además, a mí, que el pescado con tanto sabor no me gusta mucho, si tengo que andar separando la carne de la raspa lo mismo me aburro y no como ( _____________  espacio para llamarme lo que queráis).

Por lo demás, no os podéis quejar, que la receta es fácil hasta aburrir y rica hasta hartarse. Y si pese a todo todavía queremos trabajar menos, las patatas podéis laminarlas y hacerlas directamente al horno con la cebolla y el pimiento durante quince minutos a 180 grados para después añadir los peces y dejarlo no más de siete o diez minutos.

31 diciembre 2012

Tarta tatín de tomate

Tatin de tomate
Tatín de tomate, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*) 
(*) Un chute de alegría para afrontar la semana y el año nuevo... Pásenselo ustedes muy bien esta noche

Ingredientes:
- Masa brisa
- Un kilo de tomates maduro (puede que nos sobren)
- Dos cucharadas de azúcar
- 25 gramos y una cucharada de mantequilla o margarina
- Orégano
- Pimienta
- Sal

Preparación:
Escaldamos lo tomates para poder pelarlos. Esto es, ponemos una cazuela al fuego con agua en abundancia y cuando rompa a hervir bajamos el fuego y echamos los tomates enteros (previmente habremos hecho un corte pequeño en forma de aspa en su base). Los tenemos entre un minuto o dos en el agua y los sacamos con cuidado. 

Es el momento de pelarlos. Veremos que la piel se levanta sin necesidad de usar el cuchillo para nada.  El corte que hemos hecho antes de escaldarlos en la base nos han facilitado mucho el trabajo. Vamos tirando de ella hasta que no quede ni rastro en la carne. Una vez conseguido, quitamos con mucho cuidado el pedúnculo de cada tomate y los cortamos a la mitad, pero no por el pedúnculo, sino por el medio. Es decir, lo dividiremos en dos hemisferios como si fuera la tierra (no sé si me explico).

Necesitaremos un molde que se pueda poner al fuego. Si no tenemos ninguno, basta con una sartén algo honda que podamos meter al horno. Untamos el recipiente con mantequilla (una cucharada nos bastaría. Espolvoreamos una cucharada de azúcar blanco y disponemos los tomates con la cara cortada hacia el fondo. Tienen que quedar muy apretaditos, cuanto más, mejor. Añadimos los 25 gramos de mantequilla fundida o en punto pomada por encima y otra cucharada de azúcar (o algo menos) y lo ponemos al fuego. 

Deberemos tenerlo a potencia mínima durante unos 20 minutos, aunque el tiempo es orientativo. Lo que deben hacer los tomates es ablandarse y caramelizarse, pero sin perder la forma ni deshacerse. Si suelta mucho agua, podemos subir el fuego los últimos minutos para que se evapore. Es mejor cuanto menos tenga. Una vez conseguido, espolvoreamos orégano y pimienta, salamos y lo tapamos con la masa brisa. 

La masa debe cubrir los tomates por encima y llegar hasta el fondo del recipiento por los bordes, formando una especie de cuenco que arrope las hortalizas. Yo, además, la dejo muy poco tirante, para que también los abrace entre los pequeños huecos que queden entre ellos. No nos cortemos con ello, si la masa es buena, será una delicia. Por esto, o la hacemos en casa, o compramos una de una marca razonablemente buena que no sepa a sebo: La Cocinera, Giovanni Ranna... Ojo con las marcas blancas porque algunas no saben tan ricas, tengámoslo en cuenta.

Lo metemos al horno previamente precalentado y lo dejamos en él a 170 grados durante media hora con calor por ambos lados. Pasado este tiempo, cuando la masa esté hecha, lo sacamos y dejamos que temple durante unos minutos. Cuando ya podamos trabajar con el recipiente, lo desmoldamos dándole la vuelta sobre una bandeja y un plato con mucho cuidado. 

Si se nos han quedado pegado los tomates al fondo, no pasa nada, los despegamos con paciencia y la ayuda de una espátula y los disponemos sobre la tarta con la cara más bonita hacia nosotros y listo. Se puede tomar caliente, del tiempo y hasta fría. Está deliciosa.

Para los que usen la superchef, montamos los tomates crudos y ya cortados al medio sobre el recipiente de la misma como indico más arriba. La diferencia está en que no lo pasamos por el fuego ni le damos a freír. Directamente lo tapamos con la masa y lo metemos en el robot en función horno durante 45 minutos. Después, procedemos con el desmoldado como ya he dicho y a la mesa.

Comentarios:
Las tartas tatín a menudo son preparaciones en dulce. La tradicional es de manzana, como ya os conté hace unos meses al presentar una variante en superchef que incluía pera. Y aunque parece que tiene muchos pasos, esta receta es coser y cantar. 

La mayor dificultad está en manejar la masa brisa con la que cubrimos los tomates porque hay que ser rápidos y delicados. Pero no hay nada que no se arregle con los dedos, como si fuera plastilina. Eso sí, como ya he dicho, ojo con la marca que compremos y no seamos rácanos en este aspecto. Nuestro paladar nos lo agradecerá, creedme. Para los más 'pro', les animo a que hagan la masa ellos mismo con esta receta.

Este plato, además, es multiusos. Lo mismo nos sirve como primero, que como segundo, si lo acompañamos de una ensalada. Pero también es una buena idea para servirlo como entrante o aperitivo. Su sabor agridulce despierta los sentidos y el hambre...

18 noviembre 2012

Clafoutis veraniega

Clafoutis de nectarina y cereza
Clafoutis de nectarina y cereza, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Supersubmarina – Kevin Mc Alister
(*) Este grupo es una de mis debilidades desde que los descubrí hace como un año. Esta canción es total, aunque yo la primera que les oí fue esta otra

Ingredientes:
- 4 huevos
- 200 ml de nata (líquida)
- 50 gramos de mantequilla derretida
- 80 gramos de azúcar blanco
- 20 gramos de azúcar moreno
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 100-150 gramos de harina
- 2 nectarinas peladas y cortadas en gajos
- 10 -12 cerezas deshuesadas

Preparación:
Se baten los huevos en un bol y se añade la mantequilla derretida y el extracto de vainilla. Se bate con unas varillas hasta que todo se incorpora muy bien. Se añade el azúcar y se remueve de nuevo. Es el momento de añadir la harina, pero lo vamos a hacer de una manera peculiar para evitar que se hagan grumos. 

Tamizamos la harina en otro recipiente y añadimos un poco de la masa líquida que tenemos. Removemos con las varillas hasta que esté todo bien integrado. Volvemos a verter otro poco de la masa y mezclamos. Repetimos la operación hasta que consigamos mezclar ambas masas. Reservamos.

Pelamos y cortamos las nectarinas. También limpiamos y deshuesamos las cerezas. Cogemos el molde que vamos a usar para hornear y lo untamos con mantequilla. Una vez hecho, extendemos parte de la fruta en el fondo y vertemos la masa por encima. Después, decoramos con la fruta que nos ha quedado y si queremos, podemos espolvorear un poco de azúcar moreno.

Lo metemos al horno a 180 grados durante 35 minutos aproximadamente con calor por abajo, pero vigilamos porque puede hacerse antes. Sobre todo si usamos un molde grande pero bajo, que es lo ideal. Sabremos que está hecha cuando al meter un palillo, éste sale limpio. En mi caso, al no tener horno como tal sino la superchef, la he tenido 45 minutos. Ojo, se suele subir un poco, sobre todo por los bordes, pero baja al enfriar y queda perfecta.

Comentarios:
Las clafoutis son tartas de origen francés que se hacen con una mezcla parecida a las de las crepes (incluso de consistencia) y fruta. Son típicas de Lemosín y su nombre viene del occitano (significaría algo así como relleno). La original se hace sólo con cerezas y es muy normal que éstas no se deshuesen. Al comer es algo incómodo, pero, al parecer, el hueso desprende una sustancia que aumenta el sabor de la fruta.

Hay otros tipos de clafoutis que se llaman flognarde o flaugnarde y se hacen con peras y manzanas. Son también típicas de Lemosín y Auvernia. En el Perigord, en cambio, se hacen con ciruelas y uvas pasas. En la región de Berry las flognardes se llaman gouéron. Además de con las frutas ya mencionadas, también se pueden hacer con higos, arándanos, frambuesas... pero no reciben nombre específico más allá del de clafoutis.

Se pueden tomar templadas o frías y es un postre ideal para la merienda o el café, pero teniendo en cuenta que llena, pese a tener fruta. Eso sí, no resulta nada empalagosa al paladar. En cuanto a ésta receta, que es más propia del verano, segú el modo original de elaboración y la variante con nectarinas de Directo al paladar, otro blog más que recomendable para los que nos gusta trastear en la cocina.

11 noviembre 2012

Mármol de Nutella

Bizcocho de Nutella
Bizcocho de Nutella, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Carly Rae Jepsen – Call Me Maybe
(*) Una canción para ponernos de buen humor. Os recomiendo ver el videoclip hasta el final

Ingredientes:
- Cinco huevos
- 100 gramos de mantequilla ablandada (no he probado a usar margarina, pero creo que esta vez no es sustituible)
- 125 gramos de Nutella (si es que podéis resitiros...)
- 125 gramos de azúcar
- 250 gramos de harina
- Un sobre de levadura
- Unas gotas de esencia de vainilla (si nos gusta)
- Una pizca de sal

Preparación:
Tomamos cuatro huevo y separamos las claras de las yemas. Estas últimas las echamos en un bol junto con el azúcar y las batimos con unas varillas eléctricas o a mano durante cinco minutos. Se trata de que blanqueen y aumenten de volumen. Inmediatamente después, añadimos el quinto huevo entero, la mantequilla ablandada (para ello, la dejamos el tiempo que sea necesario a temperatura ambiente), la levadura y la harina tamizada. Es el momento de mezclar con cuidado a mano y con la ayuda de una espátula o cuchara grande.

Una vez conseguido esto, repartimos la masa en dos recipentes. En uno de ellos, añadimos la Nutella, que previamente habremos metido al microondas no más de 30 segundos para que esté más líquida y manejable, y mezclamos de nuevo. En el otro, podemos echar unas gotas de esencia de vainilla (si nos gusta) y remover suavemente. Reservamos.

Cogemos las claras que habíamos guardado anets y las montamos a punto de nieve con ayuda de una pizca de sal. Una vez conseguido, las repartimos en dos mitades y las añadimos a las dos masas anteriores con una espátula y movimientos envolventes. Ojo con no pasarnos en los 'meneos' para que no se esfume su esponjosidad.

Engrasamos el molde que vayamos a usar para hacer el bizcocho. Os recomiendo que sea uno desmontable para facilitaros luego la labor. Si, como en mi caso, usáis uno que no lo es (como yo, que uso el recipiente de la Superchef), es apropiado poner papel de hornear después de engrasarlo porque con ello podremos sacar el bizcocho sin problemas.

Llega la hora de echar las masas. Lo haremos por capas: primero una de Nutella, luego otra 'natural' y así sucesivamente hasta que acabemos con ellas. Alisamos las superficies cada vez que vertemos una y, al final de todo el proceso, introducimos una brocheta de arriba a abajo y dibujamos eses (varias veces y en sitios diferentes). Os preguntáis por qué: pues porque esto es un bizcocho marmolado y no porque quede duro...

Metemos el molde al horno, que habremos precalentado a 180 grado y con calor por abajo) durante unos 30 minutos (en la superchef lleva más tiempo, unos 45 o un poco más). Pasad este tiempo, comprobamos que esté hecho pinchando con una brocheta limpia y lo sacamos. Lo dejamos templar en el molde y cuando no queme, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar en una rejilla. Nada de incarle el diente en caliente, que os leo el pensamiento.

Comentarios: 
¿A que no esperabais una receta en domingo? Yo tampoco. Pero después de mi ausencia por mi eterno catarro, un fin de semana de acueducto por esos mundos de ahí afuera y por la falta de organización de esta última semana es lo menos que podía hacer. 

Además, quiero aprovechar unas cuantas recetas -sobre todo de dulces- que tengo hechas, pero que todavía no había publicado. La mayoría de ellas están en el cajón porque sus fotos no acaban de enamorarme y estaba esperando el momento de repetirlas. Pero siendo tanto dulce es complicado por dos motivos: porque somos dos y tantos bizcochos no comemos, y porque muchas incluyen lactosa de manera irremediable e insustituible, algo de lo que la parte contratante de la primera parte no pude abusar, ni con lactasa mediante. 

Ciñéndome a esta esplendorosa receta, lo primero que tengo que decir es que es obra de de Su, del blog Webos Fritos, un sitio que me enseña muchas cosas cada vez que voy. ¡No dejéis de pasaros por allí porque os quedaréis boquiabiertos! Por los platos y por las fotos, que son de premio también.

Obviamente este bizcocho es una delicia, pero ojo con abusar de ella porque ligera ligera... no es. Su ingrediente principal es la Nutella, así que no hay más que decir. Eso sí, como caprichillo de vez en cuando o para alguna celebración casera especial tenéis que probarlo sí o sí. Por otro lado, si vivís en Francia, esta receta tendrá un doble carácter subversivo después de la última idea del Gobierno galo.

Su textura es muy esponjosa y si no nos pasamos con el horneado, también muy jugosa. Además, permite 'jugar' con él a la hora de llevarlo a la mesa: por ejemplo, podemos cortarlo a la mitad y rellenarlo con más Nutella (algún dietista acaba de caerse redondo), o cubrirlo con una capa por encima y rellenarlo con otro tipo de crema (pastelera, de queso crema) o, si nos gusta el riesgo culinario, de mermelada casera y poco azucarada (de frutos rojos o melocotón, por su toque ácido).

Por cierto, ojo con eso de meter el dedo (o como lo llama Itzi, el 'one for me one for you') durante la preparación para ver cómo está la masa, que os estaré vigilando...

18 octubre 2012

Magdalenas six pack

Magdalenas planas
Magdalenas planas, originalmente cargada por farandwell.


Música para acompañar (*)
(*) Que sí, que sí. Que también me gusta la música en cristiano: "porque bailando hasta el Espíritu Santo se pone blando"...

Ingredientes:
- Dos huevos grandes (deberían pesar unos 125 gramos)
- 175 gramos de azúcar blanco
- 90 gramos de aceite de girasol
- 60 mililitros de leche entera
- 210 gramos de harina de repostería
- 5 gramos de levadura
- Ralladura de un limón
- Canela en polvo

Preparación:
Batimos los huevos con el azúcar hasta que blanqueen. Lo ideal es hacerlo con un batidor eléctrico. Notaremos que llegan al punto porque adquieren un tono de amarillo apagado y la mezcla dobla su volumen. Cuando esto sucede, añadimos el aceite y la leche, y removemos de nuevo.

Por otro lado, tamizamos la harina, la levadura y la canela que vayamos a echar, y las añadimos a la mezcla líquida. Ahora con una espátula integramos bien todos los ingredientes. Cuando lo hemos logrado, es el turno de echar la ralladura de limón y mezclar. Debemos dejar reposar la masa en la nevera al menos una hora, aunque lo ideal es dejarla hasta el día siguiente.

Pasado el tiempo de reposo, llenamos unas cápsulas de papel con la masa. Lo ideal es dejar un tercio libre para que cuando suba no se caiga por los lados. Además, es recomendable usar unas bases rígidas para evitar que crezcan a lo ancho y no a lo alto durante la cocción. Si nos gusta, podemos añadir un poquito de azúcar moreno por encima y las horneamos. Las ponemos a 220-250 grados con calor por arriba y por abajo durante quince minutos.

Comentarios:
Esta receta es el ejemplo fehaciente de que en la cocina no todo sale bien. La receta que os pongo es perfecta, pero en repostería es muy importante la herramienta y las cantidades, y si una de ellas falla, las cosas pueden no quedar bien. Por eso, a la hora de hacer una tarta o unos bollos es muy importante pesar y medir los ingredientes, y tener un buen horno. A mí lo que me ha fallado es esto último.

Estas son unas magdalenas clásicas, según la receta de todo un experto en masas, Xavier Barriga, el tótem español del pan. Su sabor es el de toda la vida: vamos, que nada más pegarles un bocado te recuerdan a las que tomabas de pequeña. Y de esto, doy fe. Pero su pinta es lo mejor que tienen, aunque a mí no me haya quedado bien. Son magdalenas con copete y las mías se han quedado más bien planas. Como si hubieran hecho abdominales hasta conseguir ese six pack que ya no tiene Shakira...

Para conseguir que queden como montañitas es muy importante usar moldes rígidos, además de los de papel, y poner el horno a la temperatura adecuada: 220 grados, con calor arriba y abajo. En serio, esto es muy muy importante. Yo, ya lo he dicho muchas veces, no tengo horno, uso un robot de cocina que tiene esta función pero que tiene muchas limitaciones, entre ellas, que no se puede regular la temperatura ni por dónde viene el calor. De ahí su pinta.

Pero si tú tienes una buena herramienta, te animo a que pruebes a hacer estas magdalenas porque son geniales. Podéis ver como quedan en este post de Las recetas de Yas, que es el que me animó a mí a intentarlo.

Si además de comértelas quieres presentarlas bonitas hay muchas cosas que puedes hacer. Por ejemplo, puedes escoger unos moldes de papel estampados, puedes pinchar un palillo con una banderita hecha con wasi tape (celo de colores), envolverlas en papel celofán, meterlas en una caja que te guste, o ponerlas en una fuente especial para pasteles. Causarás sensación y volarán, claro.

03 octubre 2012

Bizcocho crujiente Webos Fritos

Bizcocho crujiente
Bizcocho crujiente, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Dado el origen francés de este pastel, homenajearemos la lengua gala con una joyita de la Paradis

Ingredientes:
- 125 gramos de harina
- 125 gramos de mantequilla (en punto pomada)
- 115 gramos de azúcar
- Un huevo no muy grande
- Azúcar moreno

Preparación:
Mezclamoas en un bol la harina y el azúcar tamizadas. Hacemos un hueco en el centro y echamos la mantequilla. Al estar en punto de pomada podremos deshacerla fácilmente, pero lo recomendable es echarla de cucharada en cucharada. Trabajamos con una espátula o con las manos para mezclarlo todo bien: la mantequilla debe quedar bien deshecha. Añadimos el huevo batido y lo integramos en la masa, que quedará compacta y pegajosa a la vez.

Por otro lado, preparamos el molde untándolo bien de mantequilla. Echamos la mezcla y la dejamos lo más plana posible por arriba. Lo metemos todo en el congelador cinco minutos y después espolvoreamos azúcar moreno al gusto por arriba. Ya podemos cocer el pastel en el horno, que habremos precalentado a 180 grados con calor arriba y abajo. Lo dejamos 20 minutos y comprobamos si está hecho. 

Cuando está en su punto lo sacamos y dejamos enfriar. A la hora de desmoldar, debemos tener mucho cuidado al manipularo porque es un bizcocho delicado. Podemos servirlo templado o frío. Y si queremos, podemos añadir un 'topping' por encima, como mermelada, crema de queso, etc. Aunque solo ya está muy bueno.

En el caso de usar la superchef, el tiempo de cocción será de 25 minutos más o menos porque los cinco primeros son de calentamiento. Además, en este caso sí es conveniente untarlo por arriba con algo puesto que ésta será la parte más fea del pastel, al no tostarse. El truco de darlo la vuelta y dejarlo cinco minutos más no funciona en este caso por la naturaleza del bizcocho.

Comentarios:
¡¡Uy, por favor, qué tarde llego hoy!! Bueno, al lío. Esta receta es de Su, del blog Webos Fritos. La colgó hace unos días, contando algo de su historia, y ya avisaba de que nos gustaría mucho porque de sabor es delicioso y porque se hace con ingredientes muy básicos. La verdad es que esta bitácora tiene unas recetas increíbles y que si sigues al pie de la letra quedan tal cual. Os recomiendo guardarlo en favoritos porque vais a alucinar. Y

Ni corta ni perezosa, me puse manos a la obra enseguida y he de decir que el resultado, pese a no usar horno convencional, es espectacular. De sabor está... bueno, para guardarlo bajo llave. Y de textura queda crujiente como pocos por fuera. Además, el bizcocho en sí da mucho juego para hacer con él varias cosas puesto que se puede cubrir con cualquier crema y el sabor del mismo es muy natural. Lo que sí es recomendable es hacerlo en un molde de unos 20-24 centímetros para conseguir la textura.

24 septiembre 2012

Merluza Fórmula 1


Merluza Fórmula 1, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) No me digáis que no suena bien...

Ingredientes:
- Lomos de merluza congelados 
- Un manojo de espárragos trigueros frescos cortados en trozos de bocado
- Media cebolla, preferiblemente blanca, congelada
- Un puerro, fresco o congelado, en rodajas finas
- Ajo en polvo
- Perejil picado
- Un vasito de vino blanco
- Dos cucharadas de harina
- Sal 
- Aceite
- Agua / Caldo de pescado casero o rico (que no se note mucho que es de cartón piedra) / Cubitos de caldo de pescado

Preparación:
Calentamos tres cucharadas de aceite de oliva en una sartén y cuando esté a punto echamos la cebolla. Dejamos que se decongele y rehogue un poco. Después, añadimos los espárragos trigueros cortados. Le damos una vuelta y añadimos el puerro. Dejamos que todo se haga a fuego medio y cuando empiece a dorarse añadimos la harina. Ésta ha de sofreírse hasta adquirir un tono tostado. 

En ese momento añadimos el ajo en polvo (al gusto, pero seamos generosos) y el vino blanco. Subimos el fuego y dejamos que el alcohol evapore un par de minutos. Entonces añadimos el agua o el caldo de pescado (o ambos) poco a poco y hacemos a fuego medio hasta que ligue. Probamos de sal y rectificamos sin miedo.

En una cazuela apta para horno (o en la Superchef) ponemos los lomos de merluza congelados y añadimos la salsa. Es conveniente que ésta sea abundante para que no se pegue durante la cocción y que esté sabrosa pues de ella depende el sabor del resultado final. Lo metemos en el horno y dejamos que se haga a unos 175 grados entre diez y quince minutos, en función del grosor del pescado. 

Pasado este tiempo, comprobamos el punto de cocción y el punto de sal, espolvoreamos perejil picado (fresco, congelado o seco) y listo para servir.

Comentarios:
Esta receta de merluza es de ésas que necesitamos cuando no tenemos nada en la nevera, pero sí en el océano glaciar ártico -esto es, en el congelador-. No necesitamos descongelar ningún ingrediente con antelación, basta seguir los pasos como indico para que nos quede un plato sabroso y rico. Sin embargo, sí debemos tener en cuenta dos cosas. 

La primera es que la salsa es la clave para darle sabor al pescado, por lo que tenemos que ser generosos con sus ingredientes, tanto en cantidad como en calidad. En esto último me refiero al caldo de pescado. Yo suelo usar agua normalmente, y si tengo algo de fumet en la nevera o congelado, también lo hecho (si no, no pasa nada). Sin embargo, si optamos por usar un caldo comprado no seamos rácanos porque no todos saben igual: los hay, incluso, que saben un poco a cartón piedra. Otra opción es añadir al agua un cubito, que es una muy buena solución si no eres intolerante a la lactosa.

Lo segundo a tener en cuenta es qué tipo de lomos de merluza vamos a utilizar. Yo uso unos ultracongelados de una marca conocida por todos y famosa por su 'capitán' porque las marcas blancas que he probado no me han satisfecho. A veces se deshacían con la mirada, otras se quedaban duros y secos como el plástico y en algunos casos tenían un sabor algo rancio. Puede que haya tenido mala suerte, pero ya no me arriesgo. Cierto es que los lomos 'pijos' cuestan un poco más, pero me compensa y tampoco se trata de una diferencia como del sucedáneo al caviar. Esto, de todos modos, es muy personal.

Aviso para navegantes:
Como ya no estoy de vacaciones, no sé cómo andará mi ritmo de publicación. Ayer (domingo) fallé porque sí, estaba trabajando y cuando salí ya no me quedaban ganas de ponerme delante de otro ordenador. Mi intención es publicar al menos tres recetas a la semana, pero ya veremos. Me tengo que organizar para cocinar, hacer la foto con una luz decente (esto me está dando muchos quebraderos de cabeza y es un poco desmoralizante) y tener vida... 

21 septiembre 2012

Bizcocho de frambuesas para los no golosos

Bizcocho de frambuesas y avellanas
Bizcocho de frambuesas y avellanas, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Alexi Murdoch – Song For You
(*) Un poquito de languidez musical, pero tan deliciosa como la receta

Ingredientes:
- 200 gramos de mantequilla o margarina
- 3 huevos
- 180 gramos de azúcar (atención a los golosos: no queda especialmente dulce)
- Una cucharada de esencia de vainilla
- 250 gramos de harina de repostería
- Un sobre de levadura
- 75 - 100 gramos de frambuesas frescas
- 50 gramos de avellanas tostadas y picadas toscamente

Preparación
Lo primero es derretir la grasa en el microondas. Lo ideal es dejar primero la mantequilla que tome temperatura fuera de la nevera y luego iniciar el proceso de diez segundos en diez segundos. Una vez conseguido, lo ponemos en un bol alto y añadimos el azúcar. Es el momento de batirlo con unas varillas (yo lo hago con las eléctricas). Una vez bien 'montado', añadimos los huevos uno a uno, batiendo hasta que se incorporen bien. Es importante no echarlos a la vez para que la mezcla que consigamos sea homogénea.

Por otro lado machacamos las avellanas tostadas en un mortero toscamente. Las ponemos en un bol con las frambuesas y enharinamos todo levemente. Con esto evitamos que caigan al fondo de la masa y ayudamos a que se repartan bien. Reservamos.

En un recipiente ancho y alto, vertemos la mezcla líquida y una cucharada de esencia de vainilla. También añadimos la harina y la levadura mezcladas y tamizadas para conseguir una masa más esponjosa. Mezclamos con una cuchara de madera o con una espátula y movimientos envolventes.  Luego, echamos las frambuesas y las avellanas. Debemos evitar remover con fuerza y mucho tiempo para que las frutas no se deshagan.

Cogemos el molde donde vamos a hacer nuestro bizcocho y lo encamisamos, es decir, lo untamos de mantequilla y espolvoreamos harina para evitar que se pegue. Vertemos la masa y lo llevamos al horno, con calor solo por abajo, a unos 180 grados. Allí estará unos 40 minutos. Pasado este tiempo, comprobamos con una aguja o una brocheta que está cocido. Para ello pinchamos en el centro y sacamos el objeto. Si sale limpio, está listo.

Sacamos del horno, dejamos que temple el molde unos diez minutos, lo sacamos de él y lo ponemos en una rejilla para que enfríe... Si es que podemos resistirnos a no meterle mano.

Yo no tengo horno, ya lo sabéis, así que uso como molde el recipiente de la Superchef y lo horneo en este robot. El tiempo que lo tengo suele ser mayor, entre 45 -queda jugoso, con el centro ligeramente blandito- y 55 minutos -queda más seco y está muy rico si lo vamos a consumir en las 24-36 horas siguientes, a partir de entonces pierde-. 

Como la superchef solo dora por un lado, cuando le faltan cinco minutos al bizcocho para estar hecho completamente le suelo dar la vuelta -maniobra algo peligrosa que no siempre ejecuto, ojo-, lo introduzco de nuevo en el molde y dejo que se haga cinco minutos más por la otra cara, que se habrá quedado muy blanca, aunque cocida. A partir de aquí, sigo los pasos ya dichos: sacarlo, desmoldarlo, enfriarlo y degustarlo.

Comentarios:
Este bizcocho es ideal para el desayuno o para acompañar el café de la merienda. Por eso lo publico un viernes: es ideal tenerlo hecho el fin de semana, que podemos deleitarnos con los dulces por la mañana  y por la tarde, que puede que tengamos visitas, que nos gusta mimarnos más frente a la mesa... y que tenemos tiempo para cocinar, claro. 

La receta es una variante de otra que en su día publicó Isasaweis en su página, pero en la que usaba arándanos y almendras. Y sí, queda estupenda a la primera. Eso es mérito de ella, porque yo ya he preparado alguna que otra de las que ella propone y no tengo palabras... Otro día enseñaré cómo me quedó su bizcocho de naranja, que es irresistible. Qué cosa más buena, por favor.

A los golosos hay que avisarles de que este bizcocho no es muy dulce y las frambuesas le dan cierto toque ácido. Sin embargo, queda muy rico. Eso sí, hay que tener mucho cuidado al hornearlo para que no nos quede muy seco: vigilad el tiempo que está dentro, la temperatura y su punto de cocción hasta que cojáis el 'tranquillo'. 

Para los que no os gusta la mantequilla o no podéis tomarla (por ejemplo, intolerantes a la lactosa), no tengáis miedo en usar margarina (no light, por favor) porque queda muy bien. La próxima vez que lo haga quiero experimentar con la masa: mi idea es separar yemas y claras y montar estas a punto de nieve para incorporarlas a la mesa y no usar levadura... ya os contaré si 'funciona'.

13 septiembre 2012

Tarta homenaje a Bradley Wiggins

Tarta de limón con lemon curd
Tarta de limón con lemon curd, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)


(*) Esta versión de Let's Forget de Julia Stone y Benjamin Biolay es tan deliciosa como la tarta. Estoy absolutamente rendida a sus pies... Con ella como banda sonora es imposible hacer algo sin amor

Ingredientes:
- Dos huevos
- Un yogur (de limón, preferiblemente)
- Dos vasitos de yogur de leche
- Un vasito de yogur de aceite de girasol
- Dos vasitos de yogur de azúcar
- Dos vasitos de yogur de harina
- Ralladura de un limón
- Un sobre de levadura
- Canela

Para la lemon curd:
- Ralladura de dos limones
- 200 gramos de azúcar
- 100 gramos de mantequilla (o margarina)
- 3 huevos enteros (opcionalmente también se puede añadir una yema más)
- 200 mililitros de zumo de limón

Preparación:
Empezaremos preparando el bizcocho. Lo primero es batir los huevos a mano. Una vez hecho, les añadimos la ralladura de limón y el yogur y mezclamos bien. Entonces, añadimos la leche y el aceite y removemos (lo mejor son unas varillas manuales). Echamos el azúcar y continuamos removiendo. Ahora es el momento de echar la harina (si la tamizamos, mejor), la levadura y la canela. Mezclamos bien hasta conseguir una masa sin grumos y algo líquida.

Preparamos el molde donde vamos a hacerla: lo encamisamos y si tenemos miedo de que se nos pegue el bizcocho, usamos papel vegetal cortado a la medida. Echamos la masa y metemos al horno, que tendremos ya caliente. Allí lo dejaremos unos 40 minutos a 175 grados.

Mientras se cuece, preparamos la lemon curd, que es lo más laborioso. Se trata de una crema de origen inglés que se puso de moda en el siglo XIX. Su significado literal es cuajada de limón y se usa para untar galletas y scoones a la hora del té. También sirve de relleno en bollos, magdalenas, muffins... En un bote y en la nevera se conserva hasta una semana. Pero si cocemos el frasco al baño maría lo convertimos en conserva...

Empezamos rallando la parte amarilla de dos limones. Le añadimos el azúcar y mezclamos bien. Es el momento de echar la mantequilla. Para desleirla, lo mejor es poner el bol al baño maría y remover con cuidado. Cuando esté al punto, añadimos los huevos batidos y el zumo de limón y mezclamos bien sin quietar del fuego. Aquí lo dejaremos entre 10 y 13 minutos removiendo de vez en cuando. La crema irá esperando poco a poco hasta conseguir una consistencia similar a las natillas. Una vez en este estado y pasado el tiempo, ya podemos usar la crema o embotarla.

Cuando el bizcocho está hecho, lo desmoldamos y dejamos reposar unos quince minutos. Así damos tiempo también a que la crema temple. Pasado este tiempo echamos lemon curd por encima del bizcocho y la repartimos bien con una espátula. El truco está en dejar una buena capa por todos los lados visibles. Dejamos que enfríe y metemos en el frigorífico hasta la hora de consumir. La tarta os encantará y la lemon curd sobrante os alegrará desayunos y meriendas, como el Cola Cao.

Comentarios:
Como veis, me he sentido inspirada con el título, por eso de que la tarta es amarilla y con su toque británico... pero en realidad es un postre con crema inglesa de limón. Es laborioso, pero no díficil. Y la idea no es original ni mucho menos. La vi en mi reciente descubrimiento, Las Recetas de Yas, un blog altamente recomendable y simpático que descubrí gracias a Anita), y busqué cómo preparar la crema en Las recetas de mamá (imprescindible, señores). 

Lo importante cuando nos ponemos ante el fogón es preparar los ingredientes antes de empezar. Medir los que se puedan, ordenarlos, etc. De hecho, lo que más tiempo lleva es rallar los limones. Por lo demás, es coser y cantar. Dependiendo de vuestro molde y horno quedará de una forma u otra, pero seguro que en todos los casos estará deliciosa y molona. Ya sabéis que yo uso la Superchef para hornear y eso cambia un poco el resultado final, pero eso no quita que ésta sea una tarta ideal para 'tirarse el moco' en una comida casera si la dejamos bonita y la decoramos con gracia, no me digais que no.

12 septiembre 2012

Empanada de atún especial

Empanada de atún especial
Empanada de atún especial, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Buen rollito, amigos. Esto es lo que evoca esta supercanción de Manel... Eso y mis vacaciones en la Costa Brava (que tienen su propia banda sonora en Spotify). I'm loving it, my friends!

Ingredientes:
-Una lámina de hojaldre (la mía es comprada y fresca, pero vale congelada e, incluso, hecha en casa)
-Media cebolla
-Medio pimiento verde
-Un cuarto de pimiento amarillo
-Unas cucharadas de tomate frito
-Tres latas de atún (puede ser en aceite, pero hay que escurrirlo bien, o al natural)
-Aceite

Modo de preparación:
Cortamos la cebolla y los pimientos en dados pequeños y los sofreímos en una sartén con un poco de aceite. Con dos cucharadas bastará porque es importante que no quede aceitoso. Cuando empiece a dorarse echamos el atún que previamente habremos desmenuzado y escurrido bien.

Lo dejamos cocinarse junto un minuto y echamos el tomate frito. La cantidad va un poco a ojo. Yo suelo echar unas cuatro cucharadas, de tal manera que la farsa de la empanada quede jugosa, pero no caldosa para que luego la masa no se reblandezca y se rompa después. Lo sofreímos todo junto dos minutos y retiramos del fuego.

Es el momento de meter las manos en la masa. Como yo he usado una placa fresca, lo único que he tenido que hacer es desenvolverla, estirarla con cuidado (ojo, no debe quedar fina como el papel o se nos rompería). Pongo la farsa en el medio y recojo los bordes hasta el centro para que quede tapada. En este caso la lámina es circular, pero con una cuadrada se hace de igual modo. Y al horno.

Yo la dejo sobre el papel que trae y la horneo hora y media. En horno convencional, depositamos en una bandeja con el propio papel de la placa y la dejaríamos unos 45 minutos a 180 ó 200 grados. Una vez pasado el tiempo, vemos si ha quedado cocida y dorada, y ya está lista. Se puede tomar templada o fría. Está igual de buena.

Comentarios:
Esta receta no es sencilla, es lo siguiente. Y resultona no digamos. Yo la hago mucho porque se prepara en un pispás y me permite llevármela a la oficina para cenar, sin necesidad de calentarla. Como todas las empanadas. Aunque esta es especial por la forma y el modo en que la hago. Como sabéis, uso muchísimo la Superchef, un robot de cocina que permite cocinar de varias maneras y, sobre todo, hornear. En mi cocina no tengo horno (lo hecho muuuucho de menos, pero nobleza obliga), así que este aparatito que tengo me salva de muchas.

Por supuesto, que nadie piense que Superchef me paga algo por usarlo, porque yo me lo compré con esta carterita... La Thermomix se me iba un poco de presupuesto, no nos vamos a engañar. La forma de la empanada viene dada por el recipiente del robot, que es redondo, con 20 centímetros de diámetro, por lo que hay que adaptarse a él. Pero puedo decir que a mí me funciona a las mil maravillas. A la vista está.

11 septiembre 2012

Lubina encamada

Lubina encamada

Lubina encamada, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar(*)
(*) A mí es que esto de hacer filetes cuchillo en mano me recuerda mucho a Tarantino, que le vamos a hacer... 

Ingredientes: - Una lubina grande o dos de ración
- 3 patatas medianas
- 1 pimiento verde
- 1 tomate
- Media cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 vaso de vino blanco
- 1 zanahoria
- 1 ramita de tomillo
- Medio puerro
- Pimienta
- Sal
- Aceite

Preparación:
Para esta receta necesitamos que el pescado esté limpio, pero que mantenga la espina y la cabeza. Sobre una tabla sacamos los filetes de la lubina. Empezamos cortándole la cabeza. Después, sacamos los filetes. Uno de ellos es muy fácil porque no tiene raspa, solo hay que cortar longitudinalmente, quitarle las espinas a mano, y cortar un poco la parte delantera más fea. Lo ponemos al grifo y lo limpiamos de las escamas que le puedan quedar. 

El otro filete es más complicado. Empezamos quitando del lomo la parte que tiene las aletas, luego metemos el cuchillo por debajo de la espina, pero muy pegadito y vamos cortando la carne hasta separar la raspa, a partir de aquí, seguimos los mismos pasos de antes: limpiar de espinas y pasar por el grifo. Reservamos.

Con los desperdicios hacemos un fumet. En una cazuela ponemos la cabeza, la raspa y los trozos que hemos desechado (no las espinas limpias). Añadimos agua en abundancia, una zanahoria pelada, medio puerro entero y el tomillo. Ponemos a fuego fuerte hasta que empiece a hervir y dejamos luego a fuego medio hasta que se haga y reduzca algo. Serán aproximadamente unos 20-30 minutos. Una vez cocinado, dejamos templar, colamos y trituramos las verduras cocidas junto al fumet. Reservamos.

Mientras tanto, pelamos las patatas, las cortamos en rodajas finas y salamos (ojo con la sal, le damos un toque, pero teniendo en cuenta que es preferible quedarse corto). Por otro lado, escaldamos el tomate, lo pelamos, lo cortamos en gajos y salamos. Cortamos el pimiento y la cebolla en juliana. Y laminamos el ajo. En una bandeja, echamos un chorrito de aceite y montamos la cama poniendo los ingredientes en este orden: patatas, cebolla, pimiento y tomate. Regamos con otro chorrito de aceite y el vino blanco, y lo metemos al horno unos diez o quince minutos (depende de las patatas) a unos 180 grados.

Pasado este tiempo y cuando las verduras está tiernas y queda aún caldo, añadimos parte del fumet con las verduras trituradas a la bandeja que tenemos en el horno. La cantidad es al ojo, teniendo en cuenta que reducirá después, pero con cuidado de que las verduras no floten. Colocamos los filetes de lubina salpimentados por encima y dejamos hacerse todo otros diez minutos. Y ya tenemos nuestra deliciosa lubina encamada.

Yo lo hago en la Superchef y sigo los pasos tal cual. En lo único que tengo más cuidado es en los tiempos de cocción y el punto de las patatas. Pero para este tipo de platos, el robot funciona estupendamente. Vamos, que no se nota que no es un horno de verdad.

Comentarios:
No soy muy de pescado. A mí me gustan al horno y en donde vivo ahora no tengo (y para ponerlo tengo que reformar toda la cocina, con lo cual, caro me iba a salir la broma). Por eso no suelo hacer muchas recetas que tenga este ingrediente como protagonista (más allá de la merluza, el bacalao y ocasionalmente el pez espada). Sin embargo, últimamente le estoy cogiendo el punto a la Superchef: esta receta es un buen ejemplo, mi primera lubina...

Hay muchas maneras de hacer este pez al horno. Lo más típico es con patatas, cebolla, perejil y limón. Pero esta receta aporta un poco más. Me basé en una de Karlos Arguiñano, pero le di mi toque a la hora de hacer el caldo para mojar la cama, que es el auténtico secreto del plato. El truco está, sin duda, en el tomillo y en añadir el puerro y las zanahorias al fumet. De verdad, queda delicioso y aporta un jugo al plato que hace relamerse hasta al menos hambriento.

06 mayo 2012

Tartaleta salada de espárragos trigueros y salmón


Ingredientes: 
- Un paquete de masa brisa (pasta quebrada)
- 400 ml de leche evaporada
- 3 huevos
- 2- 3 patatas medianas
- 200 gramos de salmón (fresco o ahumado)
- 8-10 espárragos trigueros
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva

Preparación:
Lo primero que hay que hacer es preparar la masa. Para ello, la desenrollamos y la colocamos en el molde. Como yo uso el recipiente de la superchef y es muy difícil de desmoldar, utilizo el mismo papel en el que viene (si las instrucciones lo permiten), o bien en uno sulfurizado, para ayudarme a sacarla cuando está terminada. Una vez en el molde, pinchamos la base y colocamos unas legumbres (garbanzos o lentejas en una malla) sobre ella. La metemos al horno (o superchef en mi caso) durante 10 ó 15 minutos. 

Mientras tanto, quitamos la parte dura a los espárragos trigueros y los echamos en agua salada hirviendo durante tres minutos. Por otro lado, lavamos las patatas sin pelar, las pinchamos varias veces y las metemos al microondas en una bandeja durante 8 minutos a máxima potencia. Ojo, el tiempo va en función del tamaño de los tubérculos. A mitad de la cocción, les damos la vueltas y dejamos que se hagan. Luego, las sacamos, dejamos que templen y las pelamos. Lo último que hacemos con ellas, las cortamos en rodajas de grosor medio, las salamos y las reservamos junto a los espárragos.

Batimos bien los tres huevos con ayuda de unas varillas. Cuando lo hemos logrado, vertemos la leche evaporada, las sal y la pimienta y mezclamos todo muy bien. También preparamos el salmón: si es ahumado, lo cortamos en trozos de tamaño medio; si es crudo, lo cortamos en tacos pequeños y lo marcamos en la sartén.

Es el momento de montar la tartaleta. Sacamos el molde con la masa del horno y colocamos en el fondo las rodajas de patata. Vertemos la mitad de la mezcla de los huevos y la leche. Añadimos el salmón repartiéndolo por toda la superficie y echamos el resto del líquido. Por último, colocamos los espárragos de una forma decorativa y horneamos. En unos 20 o 30 minutos la crema habrá cuajado y será hora de sacar nuestra tarta. Dejamos que enfríe un poco para desmoldarla y la servimos templada.

Comentarios:
Esta receta pertenece a Su, de webos fritos. La vi en el blog y tenía una pinta tan estupenda que no me lo pensé dos veces y la hice pese a que nunca antes había usado leche evaporada en una receta de este tipo. La verdad es que con nata la crema queda más basta, sin embargo, con la receta de Su queda finísima. Además de que el sabor que le da es ligeramente distinto.

Lo ideal es hacer la receta en horno y, por tanto, utilizar un molde para quichés que le da un aspecto muy bonito. Sin embargo, como yo no tengo (todavía) uso la Superchef (y no, no me paga nadie por ello, me la compré yo con mi carterita), su pinta es un tanto diferente. Es más gruesa porque el diámetro de mi recipiente es menor, y los bordes quedan más feos, pero no influye para nada en el sabor.

Es un plato ideal para tener preparado y dar un calentón justo antes de servir. Nos arregla una cena, por ejemplo, o nos complementa una comida con invitados sin dar mucho trabajo en el último momento. También se puede consumir en frío, por lo que podemos llevarla en el 'tupper' hasta el fin del mundo, aunque con la precaución que conlleva un plato que incluye huevos en su receta, sobre todo en verano.

Por cierto, la foto la hice nada más sacarla del molde con el móvil. Iba a hacerle otra con la cámara a la vuelta del trabajo, pero no dio tiempo. Señal de que estaba realmente rica.