Bizcocho de frambuesas y avellanas, originalmente cargada por farandwell.
Música para acompañar (*)
Alexi Murdoch – Song For You
(*) Un poquito de languidez musical, pero tan deliciosa como la receta
Ingredientes:
- 200 gramos de mantequilla o margarina
- 3 huevos
- 180 gramos de azúcar (atención a los golosos: no queda especialmente dulce)
- Una cucharada de esencia de vainilla
- 250 gramos de harina de repostería
- Un sobre de levadura
- 75 - 100 gramos de frambuesas frescas
- 50 gramos de avellanas tostadas y picadas toscamente
Preparación
Lo primero es derretir la grasa en el microondas. Lo ideal es dejar primero la mantequilla que tome temperatura fuera de la nevera y luego iniciar el proceso de diez segundos en diez segundos. Una vez conseguido, lo ponemos en un bol alto y añadimos el azúcar. Es el momento de batirlo con unas varillas (yo lo hago con las eléctricas). Una vez bien 'montado', añadimos los huevos uno a uno, batiendo hasta que se incorporen bien. Es importante no echarlos a la vez para que la mezcla que consigamos sea homogénea.
Por otro lado machacamos las avellanas tostadas en un mortero toscamente. Las ponemos en un bol con las frambuesas y enharinamos todo levemente. Con esto evitamos que caigan al fondo de la masa y ayudamos a que se repartan bien. Reservamos.
En un recipiente ancho y alto, vertemos la mezcla líquida y una cucharada de esencia de vainilla. También añadimos la harina y la levadura mezcladas y tamizadas para conseguir una masa más esponjosa. Mezclamos con una cuchara de madera o con una espátula y movimientos envolventes. Luego, echamos las frambuesas y las avellanas. Debemos evitar remover con fuerza y mucho tiempo para que las frutas no se deshagan.
Cogemos el molde donde vamos a hacer nuestro bizcocho y lo encamisamos, es decir, lo untamos de mantequilla y espolvoreamos harina para evitar que se pegue. Vertemos la masa y lo llevamos al horno, con calor solo por abajo, a unos 180 grados. Allí estará unos 40 minutos. Pasado este tiempo, comprobamos con una aguja o una brocheta que está cocido. Para ello pinchamos en el centro y sacamos el objeto. Si sale limpio, está listo.
Sacamos del horno, dejamos que temple el molde unos diez minutos, lo sacamos de él y lo ponemos en una rejilla para que enfríe... Si es que podemos resistirnos a no meterle mano.
Yo no tengo horno, ya lo sabéis, así que uso como molde el recipiente de la Superchef y lo horneo en este robot. El tiempo que lo tengo suele ser mayor, entre 45 -queda jugoso, con el centro ligeramente blandito- y 55 minutos -queda más seco y está muy rico si lo vamos a consumir en las 24-36 horas siguientes, a partir de entonces pierde-.
Como la superchef solo dora por un lado, cuando le faltan cinco minutos al bizcocho para estar hecho completamente le suelo dar la vuelta -maniobra algo peligrosa que no siempre ejecuto, ojo-, lo introduzco de nuevo en el molde y dejo que se haga cinco minutos más por la otra cara, que se habrá quedado muy blanca, aunque cocida. A partir de aquí, sigo los pasos ya dichos: sacarlo, desmoldarlo, enfriarlo y degustarlo.
Comentarios:
Este bizcocho es ideal para el desayuno o para acompañar el café de la merienda. Por eso lo publico un viernes: es ideal tenerlo hecho el fin de semana, que podemos deleitarnos con los dulces por la mañana y por la tarde, que puede que tengamos visitas, que nos gusta mimarnos más frente a la mesa... y que tenemos tiempo para cocinar, claro.
La receta es una variante de otra que en su día publicó Isasaweis en su página, pero en la que usaba arándanos y almendras. Y sí, queda estupenda a la primera. Eso es mérito de ella, porque yo ya he preparado alguna que otra de las que ella propone y no tengo palabras... Otro día enseñaré cómo me quedó su bizcocho de naranja, que es irresistible. Qué cosa más buena, por favor.
A los golosos hay que avisarles de que este bizcocho no es muy dulce y las frambuesas le dan cierto toque ácido. Sin embargo, queda muy rico. Eso sí, hay que tener mucho cuidado al hornearlo para que no nos quede muy seco: vigilad el tiempo que está dentro, la temperatura y su punto de cocción hasta que cojáis el 'tranquillo'.
Para los que no os gusta la mantequilla o no podéis tomarla (por ejemplo, intolerantes a la lactosa), no tengáis miedo en usar margarina (no light, por favor) porque queda muy bien. La próxima vez que lo haga quiero experimentar con la masa: mi idea es separar yemas y claras y montar estas a punto de nieve para incorporarlas a la mesa y no usar levadura... ya os contaré si 'funciona'.
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