20 agosto 2013

Quinoa con textura (y no es un aliño)

Quinoa con verduras salteadas
Quinoa con verduras salteadas, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Leyendo sobre el Sonoroma en El País he descubierto que el ex The Sunday Drivers se ha lanzado otra vez a la carretera, esta vez en solitario. "Un gusto desmedido..."

Desde que he descubierto la quinoa estoy alucinada. Me encanta. Es un pseudocereal con unos interesantes valores nutritivos, entre ellos, que posee todos los aminoácidos esenciales. Pero más allá de esto, tiene una textura curiosa y un sabor suave y agradable. Va bien con todo. O eso me parece a mí. Aunque casi siempre la consumo acompañada de verduras en frío. Supongo que por la temporada en la que estamos. Sin embargo, creo que en otoño tiene muchas posibilidades de ser un básico en mi armario, a juzgar por los resultados en esta receta caliente.

No tiene mucho misterio, pero el resultado es delicioso. La idea es de una amigueta a la que la cocina también se le da muy bien y le gustan más las hortalizas que la carne. Además, las raíces de sus recetas son mediterráneas (del de verdad) y se nota.Tiene otra manera de combinar ingredientes, muy diferentes a las fuentes en las que yo he bebido, y eso me encanta.

En mi familia siempre hemos sido muy lights en todo. Hay productos y especias que no tenían cabida en la alacena ni por descuido porque eran demasiado fuertes, grasas... o caras. Por ejemplo, los espárragos trigueros, el curry o el aguacate. Y, además, consumíamos muchas cosas que producíamos nosotros mismos, lo que tiene una parte muy buena -¡ay, cuánto extraño la huerta!- y otra menos, como que cuando tienes tomates, tienes kilos de tomates y comes tomates con todo, o que si hay algo que no se dé, lo más probable es que no lo compres sino que lo sustituyas por lo que sí te ha dado frutos, como las berenjenas.  Pese a todo, no lo cambiaría por nada.

La lista del súper:
- Unos 200 gramos de quinoa
- 400 gramos de agua
- Media berenejena (si es pequeña, una entera)
- Media docena de espárragos trigueros
- Dos zanahorias
- Medio pimiento rojo
- Medio pimiento verde
- Un cuarto de cebolleta blanca
- Aceite
- Sal
- Pimienta

Con las manos en la masa:
La quinoa se prepara como el arroz blanco que no es para ensalada. Se pone el doble de cantidad de agua que de ella en una cazuela. Cuando rompa a hervir se echa la sal y la propia quinoa. A veces hay que lavarla antes para quitarle impurezas y otras ya viene limpia, pero esto os lo dirá el propio paquete. Yo he usado las dos versiones y el resultado es el mismo. Eso sí, os advierto que yo la compro en herboristerías o tiendas de productos ecológicos, es un poco más cara pero me aseguro de que su origen sea el adecuado.

La dejamos cocer entre 12 y 15 minutos (aún así, fiaros más de las instrucciones del productor) y luego se escurre. La reservamos mientras vamos preparando las verduras. Las cortaremos todas en dados de tamaño similar para que quede una presentación bonita y equilibrada. Si os gusta mucho la cebolleta, podéis echarle media, pero no os paséis porque ésta se vuelve muy melosa y le quitaría gracia a las diferentes texturas que pondremos en el plato.

Cogemos una sartén y la ponemos al fuego con dos o tres cucharadas de aceite. No nos pasemos, vale más quedarse cortos y añadir un poquito según vamos cocinándolo todo. Cuando esté caliente añadimos los trigueros y dejamos que se pongan tiernos. Sin que estén hechos del todo, añadimos las zanahorias y operamos igual.

Luego podemos echar los pimientos y la cebolleta. Rehogamos y cuando ésta última empieza a cambiar de color añadimos la berenjena. Esta verdura se hace enseguida por lo que tenemos que cuidar que no se pase para que no quede echa papilla. Cuando le falten un par de minutos, añadimos la sal y dejamos que se termine de cocinar.

Entonces, es el momento de añadir la quinoa cocinada y dejar que se haga todo junto otro par de minutos. Apagamos el fuego y dejamos reposar. Para servirlo, lo espolvoreamos con pimienta y si nos gusta mucho el ácido podemos echarle unas gotas de zumo de limón, pero con cuidado. Queremos realzar los sabores, no taparlo.

Notas al pie:
Éste es un plato sencillo que permite tunearlo como más nos guste. Las verduras que yo he usado podemos cambiarlas por otras que tengamos en ese momento o estén a punto de pasarse. Así las aprovechamos. Otra cosa que se puede hacer es cocer la quinoa en caldo (de verduras o de pollo), pero entonces cambiaremos un poco el sabor del producto.

Si hacemos la receta tal cual, sin embargo, nos encontraremos un plato lleno de sabores primarios. A veces nos complicamos muchos para hacer sabroso algo que si lo preparamos bien ya lo es de por sí. Eso sí, en este caso, lo importante es que las verduras estén al punto, no solo para que sacarles todo el 'veneno', sino para que tengan la textura adecuada. De hecho, si lo logramos tendremos la parte melosa, la parte crujiente y la parte 'al dente'.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Y tú... ¿ya lo probaste?