27 febrero 2013

Estas no son unas natillas más

Natillas de soja y manzana
Natillas de soja y manzana, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Siempre un gustazo para cantar

Ingredientes:
- Una manzana reineta (si se quiere más intensidad, podemos echar la mitad de otra o incluso entera, aunque la textura variará un poco)
- Medio litro de leche vegetal, en este caso, de soja
- Una o dos cucharadas soperas de azúcar moreno
- Una cucharada de harina de maíz (o sea, Maicena)
- Medio limón
- Un palo de canela 
- Canela en polvo (opcional)
- Migas de galletas integrales (opcional)

Preparación:
Pelamos y cortamos la manzana en gajos finos. La rociamos con el zumo del medio limón y la ponemos en un cazo al fuego. Añadimos el azúcar moreno (si eres goloso, dos cucharadas mínimo) y dejamos que se haga. Tardará apenas unos minutos. Separamos medio vasito de leche y echamos el resto en la cazuela cuando la manzana esté blandita. 

Añadimos la canela en rama y dejamos que hierva todo junto al menos cinco minutos a fuego medio o suave. Cuanto más esté, más sabor cogerá, pero no debemos pasarnos con la cocción. Una vez que ya le hemos dado el 'puntito', lo retiramos del calor. Lo pasamos a un vaso, quitamos el palo y lo trituramos con la batidora. Lo volvemos de nuevo al cazo y al fuego.

Disolvemos la cucharada de maicena en el vaso de leche que hemos reservado y lo vertemos en la preparación. Dejamos que se haga a fuego medio. Debe hervir y después, espesar. Lo tendremos al menos cinco minutos para que no sepa a crudo. Ojo, si nos parece que queda líquida tendremos que recordar que son natillas y que se quedan más duras al enfriar.

Lo servimos en vasos o boles individuales y espolvoreamos por encima canela. También podemos decorar con un palo de canela y migas de galletas integrales. Incluso podemos mezclar éstas con una gota de mantequilla para darle otro toque.

Comentarios:
Los que os pasáis por aquí a menudo sabéis que en casa no podemos abusar de la lactosa. Más bien deberíamos evitarla, pero hay cosas que no se pueden sustituir: donde esté un buen queso de oveja, un trocito de feta, una bola de mozzarella... hombre por dios. Así que hay postres que he tenido que tunear a la fuerza, como el arroz con leche y las natillas. 

Aquí he de decir que la leche sin lactosa me ha salvado. Porque la de soja, como que no. Por lo menos en el primer postre. Porque gracias a Heva, de Tarjeta d Embarque, he descubierto que para lo segundo funciona muy bien. O al menos en esta receta. Ella le llama natillas veganas de manzana, pero yo creo que al usar galletas ya no son tan 'puras'.

Confieso de nuevo que según las iba haciendo (y probando) no tenía mucha fe. A mí la leche de soja me gusta(ba porque no debo tomarla habitualmente...) fría en verano, pero caliente no me convencía su sabor (y con café, menos). Sin embargo, una vez terminadas las natillas y enfriadas en el frigorífico, está muy buenas. Eso sí, si sois golosos, echar dos cucharadas de azúcar, porque con una se os quedará un poco soso (aunque el sabor de la manzana lo apreciaréis de vicio).

25 febrero 2013

Arroz de sushi salteado

Arroz de sushi salteado
Arroz de sushi salteado, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
My Chemical Romance – Surrender The Night
(*) Extra, extra... Lo nuevo de My Chemical Romance está aquí 

Ingredientes:
- Arroz cocido para sushi 
- Seis tomates cherrys
- Seis champiñones portobello
- Dos chalotas
- Aceite
- Sal
- Perejil (opcional)

Preparación:
Esta receta está ideada para aprovechar el arroz sobrante de hacer sushi. Si no sabéis como se elabora, os lo explico a continuación, pero es recomendable hacerlo un día antes y utilizar el tipo de arroz especial para este plato, es decir, muy glutinoso. Lo venden en comercios especializados en productos orientales, en El Corte Inglés y otras grandes superficies. Aunque si no lo encontramos podemos usar el redondo normal.

Para cocinarlo debemos seguir los siguientes pasos: lo lavamos varias veces frotando con las manos hasta que el agua quede clara. Nos llevará un poco de tiempo conseguir que pierda el almidón. Después, lo ponemos en una cazuela con la misma cantidad de agua. lo tapamos y dejamos que rompa a hervir. En ese momento, bajamos el fuego y dejamos que se haga diez minutos más. Pasado el tiempo, apagamos y reposamos el arroz quince minutos más.

Tras esto, poemos el arroz caliente e una bandeja (que no sea metálica) y lo sazonamos. Debemos usar un condimento especial para sushi o hacerlo en casa (150 mililitros de vinagre, 150 gramos de azúcar, 15 de sal). Lo regamos bien con unas cuantas cucharadas y lo removemos con cuidado (si es posible abanicarlo, mejor). Dejamos que enfríe totalmente. Mejor si es de un día para otro.

Una vez que tenemos el arroz, lo demás es coser y cantar. Ponemos un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén y mientras se caliente, picamos las chalotas en 'mirepoix' (o sea, en dados). La sofreímos y cuando empiece a cambiar de color echamos los champiñones limpios (yo los suelos echar en cuartos, pero se pueden laminar o dejar enteros). Si podéis usar los portobello, mucho mejor porque su sabor es más delicado, su textura más firme y sueltan menos agua. 

Dejamos pochar un par de minutos y añadimos los cherrys en cuartos. Salteamos a fuego medio y cuando empiece a estar todo hecho y los tomates melosos, añadimos el arroz. Debe hacerse todo junto un par de minutos, no mucho más. Servimos caliente espolvoreado con perejil, si nos gusta. Y si no, con una ramita de adorno. Os sorprenderá el delicado aroma a vinagre que desprende.

Comentarios:
Como ya he dicho, esta receta se me ocurrió para aprovechar un poco de arroz de sushi que tenía en el frigorífico. Como arroz blanco está muy bueno por su sabor ligeramente ácido, pero no combina muy bien ni con tomate ni con huevo para hacer un arroz a la cubana, así que pensé en saltearlo con algunas verduras, como si fuera un wok. Luego vi que los portobello me llamaban a gritos y cambié de idea.

Quedó un plato muy meloso y de sabor delicado que seguramente repetiré más veces. No queda suelto, pero es que a mí no me gusta mucho así. Yo soy muy fan de los risottos y de los arroces caldosos. Sobre todo en invierno. Por cierto, como os podéis imaginar es también una receta idea para llevar de tupper al trabajo y se puede comer incluso a temperatura ambiente.

22 febrero 2013

Mojo verde

Mojo verde
Mojo verde, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Adele – Set Fire To The Rain
(*) Cómo me gusta la voz de esta mujer. En otra vida, me quiero reencarnar en una de sus canciones

Ingredientes:
- Un pimiento verde
- Tres dientes de ajo
- Una cucharadita de comino
- Una cucharadita de orégano
- Un manojito de perejil
- Otro manojito de cilantro (opcional)
- Sal
- Un chorro de aceite
- Un chorrito de vinagre de vino

Preparación:
Ponemos en la picadora el pimiento limpio, sin semillas, los dientes de ajo pelados y sin el germen para que no repita, el comino, el orégano, el perejil y el cilantro. Lo trituramos hasta que quede hecho casi una pasta si se puede. Añadimos el aceite, el vinagre y la sal a ojo, y volvemos a triturar. Probamos para ver cómo está de sazonado y si nos ha quedado bien, ya está listo para consumir. Lo ideal: con papas arrugás, o cocidas, con pan, o con quesos (delicioso). Un aperitivo de vicio.

Comentarios:
Hace ya unos años que probé este mojo en Lanzarote. Yo soy más fan del rojo, pero siempre he querido saber hacerlo. Entonces, Yas, como buena canaria, puso su receta en el blog (bueno, más bien me salió en el Reader, que es un chivato) y se abrió el cielo. Ni dos minutos tardé en probar. También descubrí que además de con patatas, se puede tomar con queso. Yo usé uno curado de oveja para mojar y no creo que la ambrosía de los dioses del Olimpo sea mejor. Ahora espero con ansia viva su receta del rojo...

20 febrero 2013

Naranjas diferentes

Gelatinas de naranja
Gelatinas de naranja, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Lori Meyers – Planilandia
(*) Y otros más que sacan disco este año... Directamente a mi lista para cuando me lance a correr y destrozarme la rodilla (y si no, para la elíptica, o para cuando la descubran en spinning)


Ingredientes:
- Cuatro naranjas de zumo
- Un sobre de gelatina en polvo
- Agua 
- Azúcar (opcional)

Preparación:
Lavamos muy bien las naranjas bajo el grifo. Y si es necesario cepillamos su piel para que no quede ningún resto de suciedad. Las secamos y las partimos a la mitad. Ahora haremos el zumo con cuidado de dejar entera la piel. 

Reservamos las cáscaras y medimos la cantidad de zumo. Esto es importante porque el líquido total de la receta ha de ser medio litro por cada sobre de gelatina. Luego si tenemos 400 mililitros de zumo, como en mi caso, solo necesitaremos 100 de agua. Ponemos el agua al fuego y lo llevamos a ebullición.

Mientras tanto, disolvemos la gelatina en el zumo con ayuda de unas varillas. Si queremos utilizar azúcar, es el momento.  Añadimos el agua hirviendo y seguimos removiendo. Cuando está disuelto todo, lo vertemos en las cáscaras de la naranja. Nos ayudamos de una bandeja para magdalenas para depositar las mitades y rellenarlas. No olvidéis remover la mezcla de vez en cuando para que la gelatina no quede en el fondo.

Dejamos reposar todo hasta que se enfríe y luego lo metemos en el frigorífico un par de horas. A partir de este tiempo, ya podemos meterle la cuchara porque habrá cuajado y disfrutar de un postre rico y muy natural.

Comentarios:
Encontré esta receta en Pequerecetas. Ya sabéis que me gusta mucho este blog porque siempre hay cosas muy aprovechables para el día a día aunque no se tengan niños. Me encantó la presentación y me animé porque las gelatinas son un básico en mi nevera. Quedaron genial y no me llevaron mucho tiempo. Eso sí, me las tuve que ingeniar para rellenarlas porque yo no tengo bandeja para magdalenas, pero usé una huevera de cartón que acababa de vaciar y no veáis que apaño. Conseguí que no se cayera ninguna mitad sin estar cuajada.

18 febrero 2013

Brownie de Oreo

Brownie Oreo
Brownie oreo, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Benjamin Wagner – How To Fight Loneliness
(*) La canción original es de Wilco, pero como no la encuentro en Spotify os dejo esta versión altamente escuchable


Ingredientes:
- 200 gramos de chocolate para fundir
- 165 gramos de mantequilla
- Tres huevos enteros y dos yemas más
- Dos cucharaditas de aroma de vainilla
- Una pizca de sal
-100 gramos de azúcar blanquilla
- 65 gramos de azúcar moreno
- 50 gramos de harina
- Una cucharada de cacao
- 12-18 galletas oreo
- 30-60 gramos de pepitas de chocolate

Preparación:
Primero fundiremos el chocolate con la mantequilla, pero lo haremos al baño maría. Tarda más, pero el resultado es mucho mejor y no habrá ni una pizca de mezcla quemada. Una vez derretido todo y mezclado, lo dejamos atemperar en un bol.

Batimos los tres huevos y las yemas con las cucharaditas del aroma de vainilla y una pizca de sal. Es mejor utilizar una varilla eléctrica porque eso nos ayudará a que la mezcla triplique su volumen rápidamente y con apenas esfuerzo. Una vez conseguido, añadimos el azúcar blanco y batiremos de nuevo bien. Luego, haremos  lo mismo con la morena. Lo importante es mezclarlo todo bien.

Cuando lo hayamos conseguido, echaremos el chocolate derretido. Debe estar templado, pero no caliente o nos cuajará el huevo con el azúcar. Aquí aparcaremos las varillas automáticas y cogeremos una espátula para integrar ambas mezclas. Debemos hacerlo con movimientos envolventes pero no demasiado bruscos. Nos costará un poco pero no desesperemos. No hay prisa. 

Cuando esté logrado toca el turno de añadir los ingredientes secos de uno e uno. Primero la harina tamizada y luego el cacao, también tamizado. Los mezclamos con la espátula y los mismo movimientos envolventes. No costará tanto como parece porque no es mucha cantidad. La masa quedará bastante líquida, pero densa.

Ahora pasamos al molde. Lo mejor es usar uno rectangular pero en mi caso, como uso la superchef, no ha podido ser. Sin embargo, si tenéis horno convencional, hacedlo. Hay que untarlo de mantequilla o bien, y más recomendable, usar papel de hornear: lo recubrimos con él y lo enmantequillamos también para poder desmoldarlo mucho mejor. 

Tocar verter la masa. Echamos una parte de ella y la alisamos. Partimos la mitad de las galletas oreo y repartimos los trozos por encima. Tapamos con el resto de la masa y decoramos con las otras galletas. Yo también las he troceado, pero pueden ir entera. Por último, espolvoreamos las pepitas de chocolate y lo llevamos al horno. 

Allí lo tendremos con calor arriba y abajo durante 25 minutos a unos 180 grados. Estará listo cuando al pincharlo con una brocheta salga limpia, pero no nos pasemos con la cocción, por dentro tiene que estar húmedo. Ante la duda, es casi mejor que el corazón no esté cocido del todo, sino cremoso. Recordad que con el calor que tiene al sacarlo, se sigue cocinando. Lo desmoldamos en cuanto se puede manipular y lo dejamos enfriar sobre una rejilla... si es que podéis resistiros a meterle mano.

Comentarios:
Empezamos la semana de la mejor manera posible. El olor que se queda en toda la casa cuando se hace este brownie no tiene precio. Vamos, que es dos en uno: postre y ambientador. Y aunque parezca un poco lío de llevar a cabo, si somos ordenados en los pasos no tendremos muchos problemas. El punto de cocción es, quizá, lo más complicado, pero es cuestión de cogerle el tranquillo y probar.

La receta pertenece al blog Mi dulce tentación, y la hizo para celebrar el día del brownie. La verdad es que la tenía en favoritos pero no acaba de sacar valor para ponerme. Y luego me di cuenta de que no era para tanto ponerse manos a la obra. Además, con esa pinta... quén se resiste. 

15 febrero 2013

Calamares en ufana compañía

Calamares al estilo Goa
Calmares al estilo Goa, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Una de mis canciones preferidas de Björk 

Ingredientes:
- 400 gramos de calamares medianos y pequeños limpios
- 350 gramos de gamba arrocera fresca
- Medio kilo de mejillones con sus cáscaras
- Una cebolla
- Un ajo
- Cinco cucharadas de tomate triturado
- Cúrcuma
- Sal
- Un par de guindillas cayena
- Aceite

Preparación:
Limpiamos los calamares con mucho cuidado. Debemos dejarlos vacíos por dentro y utlizar solo la parte blandita de los tentáculos. Los escurrimos bien y los dejamos secar sobre un trapo de cocina bien limpio o papel de cocina. Mientras tanto, limpiamos los mejillones y los reservamos. También hay que preparar las gambas arroceras: les quitamos las cabezas y las pelamos, pero no tiramos estos despojos, los reservamos para utlizarlos más tardes.

Empezamos cocinando los mejillones. Los abrimos al vapor. Colamos, reservamos el caldo que suelten, y nos quedamos solo con el mejillón, sin las cáscaras. Es el momento de usar los despojos de las gambas. Los ponemos en una sartén con un chorrito de aceite para que se hagan. Cuando cambien de color, echamos el caldo de los mejillones y dejamos que se haga todo junto tres minutos. Después, colamos el caldo y exprimimos los despojos para que suelten todo su jugo. Esto lo podemos hacer en el chino, con el pasapuré o a mano. Reservamos.

Pelamos y cortamos la cebolla en dados de un tamaño mediano. En una sartén o cazuela baja echamos cuatro cucharadas de aceite de oliva y la sofreímos. Cuando esté suave, añadimos el ajo pelado y cortado en dados muy pequeñitos. Dejamos freír un minuto más y añadimos la cúrcuma. 

Toca el turno de rehogar el pescado. Empezamos echando sobre la mezcla de la cazuela los calamares. Salamos y dejamos que se hagan tapados, removiendo de vez en cuando. Nos llevará unos cinco minutos. Cuando veamos que se han cocinado, añadimos las cinco cucharadas de tomate triturado. Dejamos que se haga todo junto entre tres y cinco minutos más. 

Añadimos entonces las gambas y algunas cucharadas del caldo que hemos hecho antes. Probamos de sal y dejamos un par de minutos al fuego. Apagamos, vertemos los mejillones, damos un par de vueltas a los ingredientes y servimos acompañado con arroz. En este caso, preparado como para sushi par aque sea fácil comerlo con palillos.

Comentarios:
Esta receta es la misma que hace unos días presentaba entupperando. Me pareció un poco exótica, pero asequible porque los ingredientes eran facilísimos de encontrar y me animé. Además, los calamares me chiflan en todas su variantes, tenía unos mejillones envasados al vacío mirándome desde la nevera con cara de tristes... Vamos, que se habían alineado los planetas.

El resultado no me decepcionó. Queda riquísimo y es una gran fuente de hierro. Además, acompañándolo de arroz tenemos un plato completísimo. Yo estoy segura de que no será la última vez que lo haga porque, además, me lo puedo llevar a la oficina con total tranquilidad y disfrutarlo. Un gran descubrimiento, sin duda. Ñam.

Por cierto, la foto no me acaba de convencer. Está hecha por la noche, con la luz de la cocina y le falta algo verde para resaltar el color de la cúrcuma. Pero es que no podía esperar a comerlo al día siguiente... Olía taaaaaaan bien.

13 febrero 2013

Ensalada de pasta sonora

Ensalada de pasta, berros y rábanos
Ensalada de pasta con berros y rábanos, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Ahí va... mi sonrisa, que se pasa al lado fiestero. Jo, me recuerdan un poco a los primeros discos de Sidonie cuando cantaban en inglés

Ingredientes:
- Pasta blanca, preferiblemente tipo hélices, yo he usado radiatore
- Un paquete de berros frescos
- 125 gramos de rábanos frescos
- 200 gramos de tomates cherry
- 100 gramos de atún en conserva
- Un puñado de olivas negras
- Aceite
- Vinagre de vino blanco
- Sal

Preparación:
Lo ideal es cocer la pasta siguiendo las indicaciones del fabricante una hora antes de preparar la ensalada. Yo no la enfrío bajo el frío, sino dejo que pierda temperatura al aire, simplemente bañada en un poco de aceite de oliva para que no se pegue. Tampoco la meto en la nevera porque no es una ensalada fría, sino atemperada, aunque esto va en gustos y en la época del año.

Mientras la pasta coge la temperatura ideal, preparamos el resto de ingredientes. Los berros suelen venir ya listos para comera, así que simplemente seleccionamos un buen y bonito puñado. Lavamos los rábanos y les cortamos el nacimiento. Luego los dividimos en cuartos. Los cherrys también hay que limpiarlos y partirlos a la mitad. Escurrimos las olivas y el atún (este último, lo desmenuzamos). 

Preparamos el aliño. Es una vinagreta normal, así que simplemente echamos las cantidades justas: una parte de vinagre por tres de aceite (de oliva, obviamente) y sal al gusto. Si queremos, podemos añadir un poco de pimienta, pero es opcional. Lo emulsionamos bien.

Montamos la ensalada sin mucho misterio. Mezclamos la pasta con los rábanos, los toamtes, el atún y las olivas. Lo removemos y echamos los berros con cuidado y esparciéndolos por toda la superficie (no lo revolvemos todo con ellos para que no se estropeen a la vista de nuestros comensales, aunque esto es una pijada estética, claro). Y por último aliñamos. Rico y fácil.

Comentarios:
Me encanta esta ensalada de pasta porque no me gustan las cosas muy frías. Además, al estar a temperatura ambiente, se aprecian mucho mejor los sabores de cada ingrediente. Además, al usar rábanos curdos le da un toque como crujiente y fresco. 

Como veis, mucha dificultad no tiene, pero queda muy bonita si tenemos cuidado al manipularla. Por supuesto, esto simplemente es un consejo, porque cuando hay prisas y hambre... Casi todo vale ¿no? Eso sí, utilizada una pasta seca buena y dejarla al dente para que quede bonita y no se pegue entre sí. Yo he usado radiatore, que son exactamente eso, unos radiadores de pasta... y entre ellos, los rábanos y los berros me ha quedado muy sonora, jajaja.

11 febrero 2013

Crema de pera a la mostaza

Crema de pera a la mostaza
Crema de pera a la mostaza, originalmente cargada por farandwell.


Música para acompañar (*)
(*) Amén

Ingredientes:
- Tres peras grandes 
- Dos patatas
- Una cucharada y media de mostaza a la antigua
- Una cucharada de vinagre balsámico
- Media cucharada de miel (o algo más)
- Caldo de verduras (casero o comprado)
- 100 mililitros de nata para cocinar
- Aceite

Preparación:
Pelamos las peras, les quitamos el corazón y las cortamos en dados. Hacemos lo mismo con las patatas, pero terminamos los dados a mano, cascándolas, para que suelten fécula al hervir. Ponemos una cazuela al fuego con dos cucharadas de aceite y cuando esté caliente, echamos la fruta y la hortaliza. Dejamos que se rehoguen a fuego medio.

Mientras tanto, mezclamos en un bol la mostaza, el vinagre balsámico y la miel. Basta con removerlo con una cucharada. Echamos a la cazuela y removemos para mezclar bien. Dejamos que se haga todo junto cinco minutos y vertemos el caldo de verduras. Habría que echar entre medio litro y 600 mililitros. Si es casero o no tiene sal, deberíamos añadirla en este momento.

Dejamos que se haga entre 25 y 40 minutos hasta que las peras y las patatas estén tiernas. Entonces, lo llevamos a un baso apto para la batidora y lo trituramos. Si tenemos miedo a que quede muy caldoso, reservamos algo del caldo de cocción y lo añadimos poco a poco. Volvemos el puré a la cazuela y vertemos los 100 militros de nata para cocinar. Subimos el fuego y removemos para que todo se integre. Dejamos que hierva un minuto, probamos, rectificamos de sal y listo.

Comentarios:
Esta receta la vi en Mercado Calabajio y no me pude resistir. Me pareció una crema ideal para llevar a la oficina en tupper. Pero además, tiene un sabor muy peculiar, con lo que es fácil de insertar en menús un poco más especiales.

A la hora de prepararlo podemos sustituir el aceite de oliva por mantequilla o margarina. Le dará un toque más meloso. Y a su vez, se puede cambiar la nata por leche entera, pero entonces quedará más líquido. Por lo demás, es coser y cantar. 

08 febrero 2013

Tarta rojiblanca

Tarta de chocolate blanco y frambuesas
Tarta de chocolate blanco y frambuesas, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Dos delicias deliciosas. Acomódense y abróchense los cinturones. Despegaremos en breves minutos

Ingredientes:
- Masa brisa 
- Una tableta de chocolate blanco de cobertura (el de Nestlé Postres sale de vicio)
- 150 gramos de nata para montar
- 250 gramos de frambuesas 

Preparación:
Ponemos la masa brisa en un molde y la pinchamos. Le ponemos peso encima y lo llevamos al horno caliente. Lo tendremos a 200 grados durante doce minutos o bien, hasta que esté cocida y dorada. En mi caso, uso la superchef, así que la tuve entre 30-40 minutos y aún así, no cogió mucho color, pero estaba cocinada.

Mientras tanto, ponemos una lámina de gelatina neutra a remojo y troceamos el chocolate blanco en un bol. Por otro lado, vertemos la nata en un cazo y lo llevamos al fuego, que estará al máximo. Cuando empiece a hervir la retiramos y le echamos la gelatina escurrida. Removemos bien con ayuda de una varilla hasta que se funda. 

En este momento, lo vertemos sobre el chocolate. Dejamos que repose cinco minutos y después, mezclamos con la ayuda de las varillas a mano y con suavidad. Deben deshacerse todos los trozos de la tableta, por lo que nos llevará un tiempo. No debemos ser impacientes. 

Cuando la masa esté en su punto, la sacamos del horno y echamos la mezcla sobre ella con cuidado. Lo ideal es que ya hay templado algo. Después, cubrimos con las frambuesas. Dejamos que repose en el frigorífico y tapada durante al menos una hora, pero está mejor de un día para otro. Servimos raciones generosas porque nos pedirán repetir.

Comentarios:

Esta receta me la encontré en el envoltorio de una de las tabletas de chocolate blanco Nestlé Postres. Me gusta mucho este producto tanto para usarlo como cobertura como para comerlo tal cual. Por ello, os lo recomiendo cien por cien. Yo lo descubrí hace poco y desde entonces... no falta en el armario. Y eso que la marca no me paga por hacerle publicidad (sí, debería hacerme valer, jajajaja)

La tarta se hace en un pispás, sobre todo, si tienes un horno decente que te dore la masa brisa. Y queda muy bonita. Es ideal para lucirse delante de invitados, ante los amigos o llevarla al trabajo y ganarse los favores de los compañeros. Además, podemos darle ya un toque brutal si abusamos de las frambuesas. Me explico. Yo he repartido un cuarto por encima, pero podría haber cubierto toda la superficie hasta hacer un poco de montaña si hubiera comprado más. También podría haberlas mezclado con arándanos y grosellas. De catálogo, oiga. O de La Suiza, para los de Bilbao, que además, les pega mucho esta tarta rojiblanca.

06 febrero 2013

Sepia bien acompañada

Sepia con patata
Sepia con patata, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Si me conocéis, ya sabéis que esta es una de las melodías que tarareo habitualmente...

Ingredientes:
- Una sepia grande (de unos 400 gramos)
- Dos patatas
- Un pimiento italiano
- Una cebolla grande
- Un diente de ajo
- Tomate natural triturado
- Pimentón picante
- Una hoja de laurel
- Sal
- Agua
- Perejil (opcional)

Preparación:
Limpiamos bien la sepia y retiramos la tela interior para que no se quede dura durante la cocción. La cortamos en trozos irregulares de tamaño mediano. Pelamos las patatas y las cortamos en dados, pero terminamos cascándo cada uno de ellos para que suelte fécula al cocer. Troceamos la cebolla en piezas de tamaño medio. Cortamos el pimiento italiano en aros. Pelamos el ajo y lo picamos en dados muy pequeños.

Ponemos una cazuela al fuego con un chorro de aceite de oliva. Cuando esté caliente echamos la sepia y la rehogamos hasta que cambie de color. Tomará un blanco más opaco. En ese momento echamos el ajo, el pimiento y la cebolla, salamos y seguimos rehogando durante diez minutos. Pasado este tiempo echamos el tomate triturado, con unos 100 mililitros valdrá, y la hoja de laurel.

Continuamos la cocción a fuego medio durante unos cinco minutos. Es el momento de añadir la patata con el pimentón y un poco más de sal. Damos un par de vueltas y añadimos aguas hasta cubrir las patatas, pero sin pasarnos. Tapamos y dejamos que se haga durante unos veinte minutos. Si vemos que nos hemos pasado con el agua, lo dejamos sin tapar. Y si aún así, nos queda excesivamente caldoso, aplastamos algunos trozos de patata para engordar la salsa.

Un avez que todo esté hecho, apartamos del fuego y dejamos reposar al menos cinco minutos. Luego, servimos espolvoreado de perejil, si queremos.

Comentarios:
Con el frío, me apetecen mucho los platos de cuchara, pero no siempre tienen por qué ser sopas o legumbres. Este guiso es un buen ejemplo. Además, apenas tiene grasas y está indicado en dietas para controlar los triglicéridos. Es muy fácil de hacer porque solo hay que echar los ingredientes por orden y dejar cocer. Aunque es cierto que nos llevará algo de tiempo elaborarlo: entre preparar los ingredientes y cocinar puede que tardemos una hora. Para compensar, aguanta muy bien de un día para otro y se puede llevar en tupper. Animaos, no os va a defraudar.

04 febrero 2013

Judías con tomate exprés

Judías con tomate exprés
Judías con tomate exprés, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
(*) Uy, qué melodía tan chula

Ingredientes:
- 500 gramos de judías verdes frescas (también valen congeladas)
- Tres patatas grandes
- 240 gramos de tomate triturado
- Un vasito de caldo de verduras (o agua)
- Sal

Preparación:
En la olla ponemos el vaso de caldo o de agua junto con el tomate triturado. Asimismo, lavamos y cortamos las judías en trozos regulares y no muy grandes. Los echamos en la cazuela. Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en trozos desiguales que terminamos cascando (para que en la cocción suelten la fécula y espese la salsa). Los añadimos a la cazuela.

Ponemos la olla al fuego, echamos un poquito de sal. Ojo con esto porque el tomate suele lleva ya y el caldo, depende. Si es comprado, habitualmente lleva. Si es hecho en caso, como en mi caso, sí, porque pertenecía a un puré. La cerramos correctamente y esperamos a que coja presión. Cuano lo ha hecho, bajamos a fuego medio/suave y dejamos cocer unos seis minutos. 

Pasado este tiempo, despresurizamos la olla siguiendo las instrucciones correctamente, y servimos. Si nos quedara muy caldoso tenemos dos soluciones: la rápida es chafar algunos trozos de patata y mezclar, la lenta es poner en una cazuela a reducir, con cuidado, porque se nos puede pasar.

Comentarios:
Cocinar es algo que necesita tiempo y cariño. Pero de lo primero no siempre andamos generosos. Por eso se inventó la olla exprés y, por eso, ha tenido tanto éxito generación tras generación. Yo le tengo cierto respeto porque si no se maneja bien podemos tener un problema muy serio. Pero las ollas modernas son cada vez más seguras. 

La primera que yo tuve es en la que hice esta receta, me la regalaron hace más de diez años y es de la marca Magefesa. Es perfecta. Luego, tengo otra de una marca que no recuerdo con menos tiempo e igualmente buena. El único pero es que es bastante más grande y eso, en un piso de 40 metros cuadrados y pocos armarios, no es muy práctico. Si no tenéis y pensáis compraros una, os recomiendo dos cosas. Uno, no seáis rácanos, llevaos una de marca conocida con posibilidad de encontrar repuestos y servicio técnico fácil. Y dos, tened en cuenta el espacio que tenéis, el tamaño que tiene y cuántos sois en casa, que no es lo mismo una olla enorme para dos que una mediana para cuatro.

Pero centrándonos en la receta, os aseguro que lleva quince minutos desde que nos ponemos en los fogones hasta que la llevamos a la mesa. Y queda... que para qué. Es cierto que es uno de mis platos favoritos (del que ya publiqué otra receta siguiendo el modo tradicional), pero es que es resultón y tan amoroso ahora en invierno... No me puedo resistir. Además, os sacará de cualquier apuro.

Por cierto, sí, también le podéis poner chorizo a cocer o freírlo aparte y añadirlo al servir. Ahora, tened pan a mano porque no se puede dejar ni rastro en el plato.

01 febrero 2013

Torre de berenjena, tomate y cebolla

Berenjena con tomate y cebolla al horno
Berenjena con tomate y cebolla al horno, originalmente cargada por farandwell.

Música para acompañar (*)
Edward Sharpe & The Magnetic Zeros – Man on Fire
(*) Una de esas canciones para coger carretera y manta...

Ingredientes:
- Una berenjena grande
- Dos tomates grandes
- Una cebolla grande
- Sal
- Aceite
- Orégano o hierbas provenzales (opcional)

Preparación:
Escaldamos los tomates en agua a punto de hervir durante un minuto. Luego, los pelamos y los cortamos en rodajas. Esto último podemos hacerlo a pulso y cuchillo, o con ayuda de una mandolina. Lo ideal es que nos queden entereas y finas. Reservamos.

Lavamos la berenjena y la loncheamos como el tomate. Echamos un poco de sal y dejamos escurrir entre diez minutos y una hora. Luego, la secamos con papel de cocina y la reservamos. De este modo, conseguimos que suelte el agua sobrante y pierda amargor. Por último, pelamos la cebolla y la cortamos en aros con la mandolina.

Cogemos una fuente resistente al horno donde vamos a montar el plato. La untamos con un poco de aceite y empezamos a hacer capas que cubran el fondo: una de berenjena, una de tomate, una de cebolla, un poco de sal, especias (opcional, yo no le eché) y, si queremos, un poquito de aceite; y así sucesivamente hasta hacer una torre o que se nos acaben los ingredientes.

Entonces, lo metemos en el horno previamente calentado. Ponemos 180 grados por ambos lados y dejamos que se haga todo junto. Nos llevará entre quince y veinte minutos aproximadamente. Si vemos que no coge color por arriba. Podemos poner un poco el grill. Pero ojo, no tiene que quedar hecho puré por exceso de horneado. Servimos caliente.

Comentarios:
Soy muy fan de la berenjena, así que cualquier receta que la lleve ya me tiene conquistada. Ésta es muy parecida a la lasaña 'farsa monea' que publiqué hace unos meses. La ventaja que tiene es que es muy ligera y es ideal para las cenas. Yo la utilicé en la fase de desintoxicación turronera. Ahora bien, también es un excelente acompañamiento para carne a la plancha o a la parrilla.

Se hace en nada de tiempo, por lo que no nos podemos quejar, e, incluso, resiste el tupper, aunque según pasan las horas, las verduras sueltan su agua y pierde un poco de textura. Si la servimos como plato único, podemos acompañarla de una buena y espesa salsa de queso para darle un poco más de enjundia, aunque entonces ya será menos 'light'.

Por cierto, también podemos hacer esta receta en moldes individuales de más o menos altura según nuestros gustos. Esto, además de facilitar la labor de servir, queda muy vistoso.