Una de las cosas que más me gustan de haber vivido en el mundo rural es saber apreciar el sabor de los productos de verdad y en temporada. En casa teníamos un pequeño huerto que se sembraba en cada estación con las verduras correspondientes. Nuestros vecinos, además, tenían frutales en su finca. Y las cunetas estaban llenas de zarzas que luego se doblaban por el peso de las moras.
Como os podéis imaginar, yo entonces no le daba gran importancia a todo esto. Me limitaba a comer lo que había en ese momento y a echar una mano para hacer conservas. Porque sí, cuando tú plantas tomates hay un momento en que no tienes cuatro para comer, tienes cuarenta. Y como no puedes hacer la dieta del tomate porque aún así se te pudrirían, optas por cocinarlos y meterlos en la despensa.
No creo que nunca pueda olvidar aquéllas tardes de agosto embotando tomates, ni el septiembre pelando manzanas para hacer compota y dulce. O la recolecta de arándanos y guindas para luego conservarlas en alcohol. Y qué rico estaba después, en febrero, abrirse uno de aquellos botes que sabían a gloria. Además, del ahorro que supone tener ese pequeño almacén de manjares.
En la ciudad uno no tiene tan claro cuando es temporada de nada. En las grandes superficies hay todo tipo de verduras durante los doce meses. Venden naranjas en julio y fresas en diciembre. En las fruterías, el asunto se acota más, pero sigues teniendo tomates en enero. Otra cosa es cómo saben y cuánto cuestan.
Por eso creo que algo básico a la hora de hacer la compra y comer es hacerse con un calendario de alimentos de temporada. Y no me refiero solo a los verdes. También hay épocas de pescados y carnes. Esto nos ayudará a ahorrarnos unas perrillas en caja y a saborear los productos en su mejor momento. Yo me he imprimido unos que pertenecen a la revista Consumer. Os dejo los enlaces para que les echéis un ojo:
Y si queréis algo más resumido, aquí tenéis este calendario mes a mes.
Muy interesantes!
ResponderEliminarMi madre cada navidad dice eso de que cuando era pequeña le gustaba que llegase la navidad porque era cuando se comían las mejores mandarinas. Ahora ya no apreciamos muchas cosas, aunque cuando pruebas una fruta rica, te das cuenta de lo que nos venden normalmente...
Yo lo viví con las naranjas de Melilla (de Marruecos) que hicieron que a mi me volviesen a gustar las naranjas después de años sin hacerles ni caso, y más tarde con el sabor de los melones que venden en Marruecos en verano... ¡es un manjar!
Yo echo de menos eso. Prefiero menos variedad todo el año a cambio de sabor. La globalización de este tipo nos hace perder más que ganar ;)
EliminarYo como vivo en el campo y tenemos un huerto, suelo comer, al menos, verduras, hortalizas y alguna fruta de temporada... el pescado suelo dejarlo al que más me gusta!
ResponderEliminarBesos!
Oh, qué envidia vivir en el campo :) Tener un huerto es un tesoro y te hace aprender mucho. Además de mimos, requiere atención y que mires a tu alrededor con detalle. Disfrútalo. Yo lo hago cuando una compi me trae alguno de sus productos
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